Hola, Manuel. 

Antes de nada, queremos comentar que la ley de crédito inmobiliario (LCI) tiene carácter irrenunciable. Eso significa que el deudor no puede renunciar a los derechos especificados en esa normativa, aunque sea su voluntad. 

En consecuencia, únicamente sería aceptable esa renuncia a la LCI si estás fuera de su ámbito de aplicación, es decir, si contratas la hipoteca como persona no física o si el préstamo no es sobre un inmueble residencial (o si es sobre cualquier inmueble y no eres consumidor). 

Dicho esto, y respondiendo a tu pregunta, la LCI establece el siguiente reparto de los gastos de hipoteca: el cliente tiene que pagar la tasación y su copia de la escritura, mientras que el banco tiene que pagar todos los otros gastos de constitución (notaría, registro, gestoría e IAJD de la hipoteca). 

En caso de que no estuvieras acogido a la LCI, entendemos que se te aplicaría el reparto establecido por el Tribunal Supremo para contratos formalizados antes de su entrada en vigor: tú pagarías la mitad de la notaría y el banco pagaría el resto de los gastos (la otra mitad de la notaría y todo el registro, tasación, gestoría e IAJD de la hipoteca). 

Además, en ambos casos, deberías hacer frente a los gastos asociados a la compra de la vivienda: notaría, registro, gestoría e impuestos (IVA e IAJD de la compra si es nueva o ITP si es de segunda mano). Estos impuestos se aplicarían sobre el valor de la vivienda. 

En cuanto al coste del IAJD de la compra, entendiendo que la vivienda fuera nueva, dependerá del tipo que se establezca en tu comunidad autónoma. El propio banco o el notario te dirán cuál sería en tu caso. 

Esperamos haber resuelto tus dudas. 

Un saludo.