¿Por qué debes tener cuidado con tus deudas?
Endeudarse es más fácil que nunca: puedes contratar un préstamo online a través de la app de tu banco, pagar compras con tu tarjeta de crédito, fraccionar los recibos de tu cuenta o los de tu tarjeta de débito… Todo con cuatro clics y sin tener que perder tu tiempo en papeleos o en visitas a una oficina bancaria.
Esa facilidad que te dan para obtener financiación tiene una gran ventaja: puedes pagar prácticamente cualquier cosa en cómodos plazos. De hecho, las propias entidades financieras “venden” sus productos crediticios como un instrumento para disfrutar de la vida o para hacer realidad tus sueños.
Lo que muchas financieras no te cuentan, sin embargo, es que contraer deudas también es una importante fuente de estrés: te costará llegar a fin de mes si se te acumulan muchos préstamos, recibirás llamadas desagradables si no pagas las cuotas cuando toca…
Para evitarte estos dolores de cabeza, los analistas de HelpMyCash hemos elaborado esta página, en la que te damos todas las claves para que te endeudes con cabeza.
1. Entiende la diferencia entre deuda “buena y “mala”
¿Qué puedes hacer para no endeudarte más de la cuenta? Para empezar, si sientes la tentación de pedir dinero prestado, pregúntate si es necesario y si la deuda será “buena” o “mala”.
¿Qué es una deuda “buena”?
En general, contraer una deuda puede ser una buena opción si usas el dinero que te prestan para lo siguiente:
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Para comprar algo que realmente necesitas (que no es un capricho) y que no puedes pagar solo con tus ahorros o te dejará poco colchón si lo pagas a tocateja. Por ejemplo, un coche si lo necesitas para trabajar, la reforma de tu casa si vas a tener un bebé y necesitas acondicionar una habitación…
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Para generar más ingresos en el futuro. Por ejemplo, un máster para mejorar tu formación y trabajar en empleos mejor remunerados.
¿Qué es una deuda “mala”?
En cambio, endeudarte es una pésima idea si pretendes usar el dinero para lo siguiente:
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Para caprichos o compras compulsivas. Nunca contraigas una deuda para comprar algo que no necesitas, es decir, que no sea imprescindible. Tenlo especialmente en cuenta cuando te plantees pagar compras de Amazon a plazos o cuando sientas la tentación de renovar todo tu vestuario y financiarlo con una tarjeta de crédito.
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Para comprar objetos o bienes que no te puedes permitir. Obviamente, si tu sueldo no es para tirar cohetes, no debes pedir dinero prestado para financiar la compra de un cochazo de 100.000 euros o de un smartphone de última generación.
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Para pagar otras deudas. Cancelar un préstamo con otro crédito es como salir del fuego para caer en las brasas: por mucho que aplaces la deuda, seguirá existiendo.
2. Ten claro cuánto te costará endeudarte
¿Crees que sí necesitas un préstamo? En ese caso, debes tener en cuenta que la deuda hay que saldarla y que probablemente te tocará pagar un dinero de más, porque el que te presta dinero suele hacerlo a cambio de un módico precio. Los gastos incluidos dentro de un crédito pueden ser los siguientes:
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El tipo de interés: el interés nominal (o TIN) es el margen que gana el prestamista, es decir, el beneficio que se saca por concederte el crédito. Se calcula aplicando un porcentaje sobre el importe de la deuda.
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Las comisiones: muchas financieras también te cobrarán cargos aparte por tramitar ciertas gestiones. Por ejemplo, la comisión de apertura por poner el dinero a tu disposición o la de amortización anticipada por gestionar la devolución adelantada de la deuda.
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Los gastos de vinculación: es posible que tengas que contratar productos adicionales para acceder al préstamo, como seguros, cuentas, tarjetas… Estos productos vinculados también pueden costarte dinero.
Todos estos gastos se reflejan en la llamada tasa anual equivalente o TAE. Si quieres saber cuánto te costará un préstamo, fíjate en su TAE (la financiera está obligada a mostrártela): cuanto más baja sea, menos dinero te costará devolver una deuda.
¿Cómo se pagan las deudas?
Dependerá del acuerdo al que llegues con la financiera, pero lo más habitual es devolver el dinero en cuotas mensuales. En el precio de esas cuotas se incluye una parte del importe prestado y una parte de los intereses generados.
3. Asegúrate de poder pagar la deuda sin problemas
Ahora que ya sabes cuánto te puede costar una deuda, te toca asegurarte de poder pagarla dentro del plazo que te ofrezca tu financiera. Si no quieres tener problemas, desde HelpMyCash te recomendamos seguir estas indicaciones
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NUNCA gastes más del 35% de tu sueldo mensual neto en pagar las cuotas de tus deudas. Ojo, de todas tus deudas conjuntamente, es decir, de todo lo que pagues cada mes por todos tus créditos: la hipoteca, el préstamo del coche, los recibos de la tarjeta de crédito…
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Solo pide dinero prestado si tienes un trabajo estable. Nunca se sabe lo que puede pasar en el futuro, pero correrás menos riesgo si llevas ya unos años con tu empresa y tu contrato es indefinido o si tienes un negocio viable que lleva años funcionando.
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Ten siempre un fondo para emergencias. Es recomendable tener apartados unos ahorros para poder afrontar tus gastos en caso de que te quedes sin trabajo, incluidas las cuotas de tus préstamos.
Si no cumples estos requisitos, no te recomendamos endeudarte, porque correrás un riesgo muy serio de no poder devolver tus créditos. Y no pagar tus deudas a tiempo es muy peligroso: te cobrarán intereses y comisiones de demora y, en el peor de los casos, embargarán tus bienes (tu casa, tu coche, el saldo de tus cuentas, parte de tu salario…).
4. No te quedes con la primera oferta que veas
Si quieres comprar algo a plazos, también te recomendamos explorar todas las ofertas de financiación que tengas disponibles. Así, podrás comparar los precios de varios prestamistas y decantarte por la propuesta que te salga más barata. Por ejemplo:
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Si quieres financiar un proyecto particular, como un coche, compara los préstamos personales que te ofrecen los bancos, las financieras independientes y los concesionarios.
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Si quieres pagar una compra a plazos, como la de una tele o la de una cama, compara las distintas opciones de financiación que te ofrecen las entidades bancarias y los propios establecimientos: pagar con tarjeta de crédito, financiar el producto con un crédito que te conceda la tienda…
Además, te aconsejamos valorar la opción de pedir dinero prestado a tus familiares o amigos, que pueden ayudarte a financiar un gasto con condiciones mejores que las que te ofrecería un banco. En nuestra página sobre préstamos entre particulares encontrarás toda la información sobre esta alternativa.
5. Organiza bien el pago de tus deudas
Nuestro último consejo es que seas organizado con tus deudas. ¿Qué significa eso? Que tienes que saber en todo momento cuánto pagas al mes por cada préstamo, en qué día se te cobra cada cuota y cuánto dinero queda pendiente de devolver después de cada pago. Si lo tienes todo bajo control, podrás administrar mejor tu economía doméstica y te evitarás problemas por no pagar a tiempo una mensualidad o por endeudarte más de la cuenta.
Hay muchas maneras de controlar lo que gastas en tus deudas. Por ejemplo, puedes anotarlo a mano en un bloc de notas (como el popular Kakebo), llevar las cuentas en un archivo de Excel o usar una de las muchas aplicaciones móviles gratuitas que existen para gestionar el dinero.
¿Te has endeudado de más? Descubre cómo resolverlo
Desde HelpMyCash somos conscientes de que no todo el mundo sigue estas instrucciones antes de contraer una deuda. Si has pedido prestado más dinero de la cuenta y ahora tienes serios problemas para devolverlo, en nuestra página sobre cómo gestionar las deudas te explicamos qué puedes hacer para resolver tu sobrendeudamiento.