Novación de hipoteca: un concepto que te conviene conocer para cuando acabe la cuarentena
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Miquel Riera
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- 27 de marzo 2020
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- Hipotecas, Novación

Por ahora, los que no puedan pagar las cuotas del préstamo que tengan sobre su vivienda pueden acogerse a la moratoria aprobada por el Gobierno. Pero ¿qué ocurrirá cuando se levante el estado de alarma? Para aquellos que aún tengan problemas, e incluso para los que no los tengan pero quieran mejorar sus condiciones, existe una operación que les puede ayudar: la llamada novación de hipoteca. Aquí explicamos en qué consiste exactamente y cómo puede usarse según nuestras necesidades.
¿Qué es exactamente una novación?
La novación consiste, simple y llanamente, en una negociación entre el banco y el cliente para cambiar cualquier aspecto de una hipoteca ya vigente. Lógicamente, debe hacerse con el acuerdo de ambas partes, así que es posible que la entidad pida cosas a cambio de esas modificaciones: que se suba el interés, que se añadan garantías, etc.
Esta operación, en teoría, debe escriturarse ante notario e inscribirse en el registro para que la modificación quede formalizada. En consecuencia, existen una serie de gastos asociados a la novación que tendremos que asumir como clientes: los honorarios del registrador y de la gestoría, una parte de los aranceles notariales, una posible tasación… Tendremos que valorar si el cambio compensa ese coste.
CONSEJO: si firmas un contrato privado con el banco, te ahorrarás buena parte de esos gastos, pues no será necesario escriturarlo ni inscribirlo.
Renegociar el contrato para poder pagar el crédito
Ya sabemos en qué consiste esta operación, pero ¿cómo nos puede ayudar? Imaginemos, por ejemplo, que seguimos teniendo problemas económicos cuando se acabe la cuarentena. En ese caso, podemos intentar cambiar nuestro préstamo hipotecario para que los pagos sean más asequibles. Veamos cómo:
- Pactando un plazo más largo: con una ampliación del período de reembolso tendremos más tiempo para devolver el dinero y, en consecuencia, las cuotas serán más bajas y supondrán una carga menor sobre nuestros ingresos.
- Acordando un período de carencia: así podremos dejar de pagar las mensualidades durante un tiempo (total) o podremos abonar únicamente la parte de los intereses (parcial) hasta que nuestra economía mejore.
El banco no está obligado a aceptar ninguna de estas propuestas, aunque quizás le convenga más aprobar estas modificaciones que asumir un impago.
Cambiar las condiciones para mejorarlas
Y ahora situémonos en el otro extremo y pongámonos en la piel de una persona que cree que su hipoteca es demasiado cara en comparación a las actuales y quiere mejorarla. En estos casos, puede contactar con su banco para intentar renegociar el contrato de las siguientes maneras:
- Con una rebaja del interés: reducir el diferencial si la hipoteca es variable o rebajar el tipo aplicado si esta es fija.
- Con la supresión de productos combinados: eliminar varios servicios que el banco “colocó” para acceder al interés mínimo (seguros, tarjetas, planes de pensiones…).
- Con la eliminación de comisiones: por ejemplo, suprimir las comisiones de amortización anticipada para poder adelantar capital cuando queramos sin que nos cueste dinero.
Pero ¿qué podemos hacer si nuestro banco no nos aprueba la novación de hipoteca? Si eso ocurre, podemos trasladarla a otro banco mediante una subrogación; algo que nos permitirá modificar el interés o el plazo de nuestro crédito. Encontraremos más información sobre esta operación haciendo clic sobre el botón siguiente:
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