Si hemos contratado más créditos de la cuenta y sus cuotas ahogan nuestra economía, existe una solución para reducir lo que pagamos cada mes: reunificar todas las deudas en una sola para abonar una única cuota mensual más asequible. Y si el importe que debemos es muy elevado, lo más aconsejable es agruparlas con una hipoteca, siempre que tengamos una vivienda en propiedad. En este artículo explicamos cómo podemos hacerlo de tres maneras distintas.

1. ¿Tu vivienda está hipotecada? Amplía el préstamo y agrupa tus deudas

Pongamos, por ejemplo, que ya tenemos una hipoteca vigente sobre nuestra vivienda, además de otras deudas (el préstamo del coche, tarjetas de crédito…). Para unificarlas todas, podemos pedir al banco que amplíe el capital de esa hipoteca. De esta manera, podremos usar el dinero para cancelar los otros créditos y solo pagaremos la cuota del préstamo hipotecario.

La principal ventaja de la ampliación es que nos permite pagar un interés bajo (el de la hipoteca, que rara vez supera el 2%) y devolver el dinero en un plazo largo, que puede llegar a alcanzar los 30 años. Ahora bien, el banco tendrá que estar de acuerdo y podría pedir algo a cambio, como subirnos el interés.

Para ampliar una hipoteca hay que llevar a cabo una operación llamada novación. En otra página te explicamos los gastos de una novación hipotecaria.

2. ¿Tienes un piso libre de cargas? Puedes pedir una hipoteca al banco

¿Y si tenemos una casa o un piso en propiedad y libre de cargas? En ese caso, podemos pedir una hipoteca a un banco para reunificar nuestras deudas. Las ventajas serían las mismas que si ampliáramos una hipoteca existente, con el beneficio añadido de que solo tendremos que pagar la tasación de la vivienda y una posible comisión de apertura, además de las posibles comisiones de cancelación de los otros créditos.

Hay que decir, sin embargo, que los bancos no suelen dar hipotecas para esta finalidad, especialmente si pasamos por un momento económico delicado. Y si encontramos a una entidad dispuesta  a hacerlo, es posible que nos aplique un interés algo más alto que el de los préstamos para la compra de viviendas (probablemente de alrededor del 4% o del 5%).

3. ¿El banco te rechaza? Puedes reunificar tus deudas con un prestamista privado

Como vemos, es probable que un banco no nos quiera dar una hipoteca sobre nuestro inmueble libre de cargas. Aun así, todavía nos quedará una alternativa: contratar un préstamo con garantía hipotecaria concedido a través de un prestamista privado o de un intermediario financiero.

Estas compañías no serán tan estrictas como los bancos, por lo que nuestras probabilidades de reunificar las deudas serán mucho más elevadas. El crédito, eso sí, será más caro: tendrá un interés de en torno al 10% y una comisión de apertura o de intermediación de hasta el 2% o más (también tendremos que pagar la tasación de la vivienda y los gastos de cancelación de los créditos que liquidemos).

Uno de los intermediarios más destacados del mercado es Supre Grupo. Con su préstamo podemos conseguir hasta el 40% del valor de nuestro inmueble, con un importe mínimo de 10.000 euros y un máximo de 300.000 euros. Podremos devolver el dinero en 20 años y el interés será de entre el 2% y el 14%, mientras que la comisión de apertura podrá oscilar entre el 0,25% y el 1,5%.