Proceso para alquilar un piso o una casa

Cómo encontrar una buena vivienda de alquiler

Aunque no vayas a comprar, debes esforzarte por encontrar el mejor hogar posible. Al fin y al cabo, será el espacio en el que pasarás buena parte de tu tiempo en los próximos años. Por este motivo, si te dispones a alquilar un piso o una casa, te aconsejamos tener claros los siguientes puntos:

  • En qué zona quieres vivir. No es lo mismo residir en el centro de una ciudad que en un pueblo del interior. Ni es lo mismo ni el precio es el mismo. Piensa las localizaciones y el tipo de casa que se ajustan a tu estilo de vida.

  • Cuánto estás dispuesto a pagar. Finalmente, debes hacer números para saber qué precio máximo puedes permitirte por el alquiler de un piso. Lo recomendable es no dedicar más del 30-35% de tu sueldo mensual al pago de las rentas.

No te vamos a engañar: encontrar la vivienda perfecta es prácticamente imposible. Ahora bien, si sabes qué es lo que quieres y cuánto puedes gastarte, podrás afinar la búsqueda.

Proceso para alquilar un piso: todos los pasos

¿Ya tienes claro qué tipo de vivienda buscas? Ahora viene lo difícil: salir a la caza de pisos o casas en alquiler. En este apartado te explicamos los pasos que tienes que dar.

Paso 1: busca viviendas en alquiler

El primer paso es buscar casas o pisos que se ajusten a tus necesidades: que estén en las zonas en las que quieres residir, tengan un precio adecuado y cuenten con los elementos que consideras imprescindibles. Recurre a portales inmobiliarios que te permitirán filtrar la búsqueda en base a los criterios que quieras.

Paso 2: visita varios pisos y casas

¿Ya has encontrado varias viviendas? El siguiente paso es concertar una cita con el propietario o su inmobiliaria para visitar cada inmueble. Nuestro consejo es que te tomes tu tiempo para inspeccionar cada rincón de la casa o del piso: las habitaciones, los baños, la cocina… Trata de visitar cada vivienda en distintos momentos del día para saber cuánta luz tiene, si hay ruido, etc.

Paso 3: negocia las condiciones con el propietario

Si alguno de los inmuebles te convence, lo siguiente es hablar con el propietario o su inmobiliaria para conocer las condiciones del alquiler de esa vivienda. Este es el mejor momento para negociar: puedes pedir una rebaja de la cuota, una fianza más baja, que el casero pague los gastos administrativos… ¡No pierdes nada por intentarlo!

¿Has encontrado un piso tan perfecto que hasta te gustaría comprarlo? Puedes negociar con el propietario para que incluya un derecho de compra en el contrato. Te lo explicamos en nuestra página sobre el alquiler con opción a compra.

Paso 4: reserva el alquiler

Si las condiciones del alquiler te parecen aceptables, lo siguiente que deberás hacer es reservar la vivienda para que no se la alquilen a otra persona. A cambio, tendrás que pagar una cantidad de dinero al casero o a la inmobiliaria. Más abajo explicamos cuánto suele costar la reserva.

Paso 5: firma el contrato de arrendamiento

Finalmente, tendrás que acordar una fecha con el casero o su inmobiliaria para firmar el contrato de alquiler. Si es posible, pide que te entreguen una copia unos días antes para leer detenidamente todas las condiciones y asegurarte de que son las que pactaste. Una vez firmado el contrato, te convertirás en el nuevo inquilino de la vivienda y podrás residir en ella durante el plazo acordado.

¿Qué debe contener el contrato de alquiler?

El casero y el futuro inquilino pueden pactar las condiciones del alquiler de la vivienda, pero esas condiciones deben respetar siempre la legalidad vigente. Para que no te la cuelen, a continuación te explicamos qué información debe contener un contrato de arrendamiento y cuáles son los límites que impone la ley:

  • Identificación de las partes: debe aparecer el nombre, nacionalidad, DNI y domicilio de los arrendadores (los propietarios) y de los arrendatarios (inquilinos). También del representante de la inmobiliaria si el propietario gestiona el alquiler a través de una agencia.

  • Información sobre la vivienda: tiene que indicarse la dirección del inmueble y su número de referencia catastral y de cédula de habitabilidad, así como su calificación energética.

  • Estado del inmueble: debe concretarse si la vivienda se entrega en perfecto estado y cuál es su equipamiento. Si te la entregan con muebles o electrodomésticos, el casero te tiene que adjuntar un inventario de todos estos objetos con su fotografía correspondiente.

  • Duración del contrato: también debe aparecer el plazo durante el que podrás residir en la vivienda. Por ley, puede ser de un mínimo de cinco años (siete años si el propietario es una empresa), prorrogable a cinco años más si tú y el casero lo queréis renovar (siete años si el propietario es una empresa).

  • Importe de la renta mensual: tiene que indicarse cuánto pagarás cada mes de cuota de alquiler, en qué fecha debes efectuar ese pago y de qué manera lo llevarás a cabo (transferencia bancaria, entrega en mano…). También se debe especificar si el casero puede subir o bajar esa renta anualmente en función de algún índice como el IPC.

  • Otros gastos asociados al alquiler: debe indicarse cuánto cuestan y quién los paga. Lo explicamos con más detalle en el apartado siguiente.

Nuestro consejo es que leas la Ley de Arrendamientos Urbanos antes de firmar el contrato para comprobar que todas las cláusulas cumplen la normativa española. 

Gastos asociados al alquiler de una vivienda

Más allá de la cuota del alquiler, que tendrás que pagar todos los meses, el arrendamiento de una vivienda genera otros gastos que hay que pagar antes y durante la formalización del contrato. Son los siguientes:

  • La reserva: es una cantidad de dinero que tendrás que pagar en algunos casos para que el propietario no alquile la casa a otra persona. No está regulado por ley, pero suele costar unos 300 euros. El dinero se te devolverá cuando firmes el contrato (si te echas para atrás, se la quedará el casero) o si el propietario decide no alquilarte la vivienda.

  • La fianza: el arrendador te puede pedir una cantidad de dinero para arreglar cualquier desperfecto que hayas causado durante tu estancia en su vivienda. Por ley, su coste puede ser un equivalente a una cuota del alquiler, al que se pueden sumar un máximo de dos cuotas más (tres cuotas en total). Lo más habitual, sin embargo, es que te pidan dos meses de fianza. Cuando abandones el inmueble, deberán devolverte este dinero en un máximo de dos meses, descontando el usado para arreglar desperfectos. Si no te lo devuelven, podrás denunciar al casero ante el juzgado.

  • Los gastos administrativos: nos referimos a las tasas e impuestos que hay que pagar por la redacción y registro del contrato de arrendamiento. Suelen costar unos 100 euros y normalmente los paga el inquilino, aunque el propietario tendrá que pagarlos siempre si es una empresa.

  • Los honorarios de la inmobiliaria: si alquilas la vivienda a través de una inmobiliaria, lo más probable es que te toque pagar sus honorarios, que suelen costar unos 1.000 euros. Ahora bien, si el propietario del inmueble es una empresa, no te los podrán cobrar a ti (los tendrá que pagar el propietario por ley).

Adicionalmente, te pueden exigir que contrates un seguro de responsabilidad civil que cubra los daños que puedas causar a tus vecinos (humedades si se inunda tu baño, por ejemplo). Suele costar unos 100 euros al año.   

Otras preguntas frecuentes sobre el alquiler de casas y pisos

, el propietario tiene derecho a alquilar su vivienda solo a personas sin mascotas.
En principio, debería ser el propietario, porque la vivienda es suya. Sin embargo, cada vez es más usual que el casero pida a los inquilinos pagar el alta de los suministros de gas, luz o agua (sobre todo cuando hay mucha demanda para alquilar la casa).
En principio, es el propietario el que debería pagar el IBI, los gastos de comunidad, la tasa de basuras y otros gastos asociados al mantenimiento de la vivienda. De todos modos, como en el caso de arriba, es algo que se puede negociar entre las partes.
El propietario tiene que pagar las reparaciones necesarias para conservar la vivienda en condiciones habitables. Eso también incluye los electrodomésticos que se estropeen y que pertenezcan al casero. Ahora bien, si el daño lo ha provocado el inquilino, será él el que deberá abonar el coste de la reparación. El inquilino también debe pagar la reparación de pequeños daños producidos por el uso habitual de la vivienda (bombillas fundidas, persianas rotas, etc.).
. A partir del sexto mes, puedes dejar la vivienda cuando quieras. Eso sí, tendrás que avisar con una antelación mínima de 30 días. Además, el casero te puede cobrar una mensualidad por cada año que te quedara de alquiler, siempre que esa indemnización aparezca en el contrato.
, pero tienen que cumplirse estos requisitos: debe haber transcurrido un año desde la firma del contrato, el propietario debe ser una persona física (no una empresa) y tiene que necesitar la vivienda para destinarla a residencia permanente para él, sus familiares en primer grado de consanguinidad o su cónyuge. Además, debe avisarte con dos meses de antelación.
, pero el nuevo propietario tendrá que cumplir el contrato. Es decir, que podrás seguir usando la vivienda hasta que se cumplan los cinco años de alquiler (siete años, si el antiguo casero era una empresa). Te lo explicamos con más detalle en nuestra página sobre vender piso con inquilino.
No. En este caso, podrás seguir usando la vivienda hasta que se cumplan los cinco años de alquiler (siete años si el propietario era una empresa).
El casero tiene derecho a anular el contrato si no pagas las cuotas. En ese caso, se cancelará el arrendamiento y tendrás que abandonar la vivienda. Si no lo haces voluntariamente, el propietario podrá interponer una demanda en los juzgados para que se te desahucie.

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