Huye de las ataduras: tres motivos para contratar un préstamo sin cambiar de banco

Seamos sinceros: no existe el banco perfecto. La entidad en la que guardas tu dinero puede ofrecerte muchas ventajas, como una cuenta sin comisiones solo por domiciliar tu nómina o unos depósitos con una rentabilidad decente. Pero ¿qué pasa si sus préstamos son muy caros? ¿Deberías llevar tu dinero a otro banco peor solo porque concede créditos con mejores condiciones de financiación?

Es para casos como este que se han inventado los préstamos sin necesidad de cambiar de banco. Estos créditos, concedidos por entidades bancarias y por establecimientos financieros de crédito, te permiten conseguir financiación sin tener que llevar tus ahorros y tu nómina a otro banco. Es decir, que podrás disfrutar de unas buenas condiciones de financiación sin renunciar a las ventajas que te ofrece tu banco actual.

¿Aún no te convencen del todo estos productos? No te preocupes: en este artículo repasaremos todas sus ventajas para que valores si se ajustan a tus necesidades.

1. Podrás conseguir unas buenas condiciones

Para empezar, los créditos que pueden contratarse sin cambiar de banco suelen tener unas muy buenas condiciones de financiación. ¿Por qué? Por una razón muy simple: las entidades que los conceden necesitan ofrecer precios bajos para captar clientes. Si no, todo el mundo contrataría el préstamo con su banco habitual.

Por norma general, estos productos tienen un interés atractivo y no incluyen comisiones de formalización (apertura o estudio) ni seguros asociados. Eso sí, por si acaso, te recomendamos hacer números para asegurarte de que el préstamo sin cambiar de entidad te costará menos que el que te ofrece tu banco actual.

El Préstamo Personal de Cofidis, por ejemplo, es uno de los mejores productos de este tipo. Tiene un interés desde el 4,95% TIN (5,06% TAE), que es de los más bajos del mercado, y no incluye comisiones de formalización ni seguros. Puedes pedirlo para conseguir entre 6.000 y 60.000 euros, con un plazo de devolución máximo de diez años.

2. No tendrás que renunciar a tu banco actual

Otra ventaja de contratar un préstamo sin llevar tus cuentas a otra financiera es que podrás seguir disfrutando de todas las ventajas que te ofrece tu banco actual. Puede que tu entidad no tenga los mejores créditos, pero es posible que sí cuente con buenos depósitos y cuentas, con hipotecas baratas o con fondos de inversión muy rentables.

Tu banco, además, no puede penalizarte en modo alguno si pides un préstamo a otra financiera. De hecho, hasta es posible que te presente una contraoferta para ver si cambias de opinión y contratas su crédito. En tal caso, nuestro consejo es que compares todas las propuestas para valorar cuál te saldría más a cuenta.

3. Tu préstamo no se encarecerá si te vas a otra entidad

Para terminar, imagina que contratas el préstamo con tu banco actual o que te cambias de entidad para conseguir un crédito más barato. En general, los bancos solo ofrecen un buen tipo de interés si firmas varios de sus servicios: domiciliar la nómina, suscribir seguros… Si los cancelas en algún momento, el interés subirá y tus cuotas serán más caras.

Esto te ata en cierto modo al banco que te concede el préstamo. Si decides irte a otra entidad porque ha empeorado las condiciones de sus productos, tendrás que cancelar los servicios que abarataban tu préstamo, que aún tendrás firmado con el banco. Es decir, que abandonar tu entidad te obligará a pagar unas cuotas más caras.

Esto no te pasará si firmas un préstamo sin cambiar de banco. En este caso, el interés del crédito no estará condicionado a mantener la nómina domiciliada o a contratar otros productos. Por lo tanto, tendrás total libertad para cambiar tus cuentas de entidad cuando se te antoje, sin que eso te suponga pagar de más por tu crédito.