Estados Unidos, el país que durante décadas ha sido sinónimo de seguridad financiera, acaba de recibir un toque de atención. La agencia Moody’s, una de las principales firmas internacionales que evalúan la salud económica de los países, ha decidido rebajar su calificación de la deuda estadounidense. ¿Qué significa eso? ¿Y por qué debería importarnos?
Vamos por partes. Cuando un país necesita dinero, lo pide prestado. Para hacerlo, emite deuda: básicamente, vende bonos y letras a inversores prometiendo devolverles el dinero con intereses. Las agencias como Moody’s evalúan qué tan probable es que ese país cumpla su promesa. Cuanto mejor la nota, más confianza. Hasta ahora, Estados Unidos tenía la nota máxima: Aaa. Ahora ha bajado un peldaño, a Aa1. Sigue siendo una nota muy alta, pero ya no es la mejor.
¿Por qué le han bajado la nota? Por algo que viene de lejos: Estados Unidos gasta mucho más de lo que ingresa. Su déficit fiscal es muy elevado y su deuda no deja de crecer. Según Moody’s, en unos años la deuda será tan alta que solo pagar los intereses podría consumir un tercio de todos los ingresos del Gobierno. Es como si una familia tuviera que usar un tercio de su sueldo solo para pagar intereses de tarjetas de crédito.
A eso se suma la incertidumbre política. La agencia no lo dice abiertamente, pero deja entrever que la influencia de Donald Trump, su presión sobre la Reserva Federal y la falta de acuerdos en el Congreso han hecho que la política fiscal sea cada vez más imprevisible. Y los inversores no se llevan bien con la incertidumbre.
¿Y esto cómo nos afecta? De momento, no mucho. Estados Unidos sigue siendo una economía enorme, con el dólar como moneda de referencia en todo el mundo. Pero perder la nota máxima es como ver una grieta en una casa que parecía indestructible. Si se amplía, puede acabar siendo un problema serio: tipos de interés más altos, deuda más cara, y menos margen para responder a crisis futuras.
No estamos ante un colapso, ni ha causado un terremoto terrible. Eso se debe a que tanto Standard & Poor’s (en 2011) y Fitch (en 2023) ya habían bajado de calificación a Estados Unidos. Ahora quedan completamente alineadas las tres agencias especializadas.
No hay que alarmarse más de la cuenta, es solo una señal de que algo está pasando, pero no es aún un problema, es más, el bono a 10 años estadounidense pasó de un 4.44% el viernes a un 4,51% este lunes 19.
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