La vivienda protegida gana peso en la obra nueva en España. En el último año medido por la estadística oficial, el 20% de las viviendas que se han empezado a construir han sido protegidas, con 23.179 viviendas protegidas iniciadas frente a 115.755 viviendas libres entre el cuarto trimestre de 2024 y el tercer trimestre de 2025.

No es un dato pequeño: supone cinco puntos más que en el periodo equivalente anterior, cuando la proporción se situó en el 15,21%. En paralelo,  se han finalizado 14.317 viviendas protegidas, un 30,1% más interanual, después de que en 2024 ya se registrara un incremento del 26,5%.

El Gobierno interpreta estas cifras como la consolidación de un impulso a la vivienda protegida tanto de compra como de alquiler ligado al esfuerzo inversor de los últimos años, con el objetivo de ampliar el parque de vivienda pública y asequible y acercarlo a la media europea.

Un nuevo empuje en 2026

La hoja de ruta, además, no se queda en 2025. Según el propio Ejecutivo, en 2026 se quiere dar un nuevo salto con varios frentes a la vez. Por un lado, se prevé la aprobación del Plan Estatal de Vivienda 2026-2030, con un presupuesto de 7.000 millones de euros, del que el 40% se destinaría a incrementar la vivienda protegida.

A la vez, el Estado plantea impulsar promoción directa a través de Casa 47, la Entidad Estatal de Vivienda, y acompañar al sector en su modernización mediante el PERTE de la Industrialización de la Vivienda, una apuesta por métodos de construcción más eficientes para acelerar la producción. Además, España buscará apoyarse en programas europeos enfocados en vivienda asequible.

La hipoteca, la vía más habitual si no se puede acceder a una VPO

Aunque la vivienda protegida crezca, no todo el mundo puede optar a ella por requisitos, cupos, plazos o disponibilidad en su zona. En esos casos, la compra de una vivienda suele pasar por una hipoteca, y aquí conviene aterrizar expectativas: el banco solo prestará si considera que se podrá devolver el dinero con margen. 

  • La primera gran condición son los ahorros. De forma orientativa, muchas hipotecas financian hasta el 80% del precio, así que se necesita el 20% de entrada más un colchón para gastos de compraventa, que pueden rondar el 10%.
  • Estabilidad laboral. En asalariados, los bancos suelen valorar positivamente un contrato indefinido y cierta antigüedad; en autónomos, es habitual que pidan demostrar que el negocio ha generado beneficios regulares durante los últimos dos años.
  • A esto se suma la exigencia de ingresos suficientes y, sobre todo, que la cuota sea sostenible: como regla de prudencia,el pago mensual de hipoteca y otras deudas no debería superar el 30% de los ingresos mensuales.
  • Historial crediticio. Si se tienen deudas impagadas o se aparece en ficheros de morosidad, la hipoteca puede caerse incluso aunque los ingresos sean buenos.
  • Edad: muchas entidades buscan que el titular no supere aproximadamente los 75 años al terminar el préstamo (con variaciones según banco).

Mejores hipotecas de diciembre de 2025