En una semana que debía ser de despedidas y aplausos, el foco se ha desplazado a titulares sobre líos personales y, sobre todo, dinero. Según han publicado distintos medios, Lucas, del grupo musical Andy y Lucas, tendría varios pisos con hipoteca (5 en total y pidió una moratoria de 9 meses para afrontar sus pagos) y tensión de liquidez tras la gira. Más allá del ruido, aquí va lo importante: qué puede hacer cualquier persona en su situación para no caer en impagos de la hipoteca y proteger su patrimonio.
Cómo evitar el impago de una hipoteca paso a paso
Lo primero es pisar el freno y mirar los números como si fueras tu propio gestor. Haz una previsión de caja a seis meses con entradas reales (cachés aún por cobrar, royalties, alquileres de viviendas, otros ingresos) y salidas fijas (cuotas de cada hipoteca, suministros, seguros, comunidad, IRPF…). Con ese mapa delante, prioriza por riesgo: la vivienda habitual primero; después, los préstamos con más probabilidad de estabilizarse rápido (por ejemplo, porque admiten ajustes de cuota sin grandes costes). Evita cubrir cuotas con créditos rápidos: convierten un bache en un agujero.
El siguiente paso es llamar al banco antes de que llegue el primer recibo impagado. Expón por escrito que atraviesas un bache temporal, acompaña pruebas de ingresos y cobros pendientes y pide una restructuración. La conversación no es para negociar “a ojo”, sino para pedir números concretos. Tres palancas cambian la foto de inmediato.
- Una carencia de capital durante unos meses (pagar solo intereses) reduce la cuota de golpe y te compra tiempo.
- Una ampliación de plazo baja la letra de forma estructural; quizá pagues más intereses a lo largo de la vida del préstamo, pero mantienes el sistema respirando.
- Y un cambio de tipo (de un fijo caro a un fijo/mixto/variable más barato) vía novación puede recortar la cuota sin tocar el plazo. Todo esto se firma en notaría; tiene costes, sí, pero suelen ser muy inferiores al coste de entrar en mora con recargos e intereses de demora.

¿Qué es la novación de una hipoteca?
¿Y si hay varias viviendas con hipoteca?
Con varias hipotecas, el orden de ataque importa. Lista cada préstamo con tres etiquetas: qué inmueble hay detrás (habitual, alquiler, segunda residencia), cuánto cuesta de verdad (TAE + seguros + comisiones) y qué riesgo inmediato tiene (fecha del próximo recibo, si ya hubo aviso).
A veces la mejor jugada es vender ordenadamente un activo no esencial para cancelar su préstamo y liberar caja para el resto. Otras, la solución es poner en alquiler un piso vacío para que la renta cubra la cuota. Lo importante es decidir rápido; cuando se acumulan dos o tres impagos, la bola de costes rueda más deprisa de lo que parece.
Mientras negocias, revisa la vinculación. Hay hipotecas con seguros, tarjetas o paquetes que encarecen la vida sin aportar valor. Si el banco te mantiene tipo pero te permite recortar vinculaciones caras (o cambiarlas por alternativas más baratas), el ahorro mensual llega por otra vía. Y no olvides los “detalles” que suman: domiciliar ingresos donde te lo piden, demostrar estabilidad con contratos y facturas, y documentar todo (emails, ofertas, simulaciones, actas). La transparencia juega a tu favor.
Para Lucas, para Andy o para cualquiera con varios préstamos, la receta es la misma: tiempo y método. Mover ficha antes del primer impago abre puertas y te deja elegir.
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