Comprar “gangas” en un mercado de vivienda que no deja de encarecerse suena tentador. En España, los precios subieron un 12,7% interanual en el segundo trimestre de 2025, su mayor alza en 18 años, según el Índice de Precios de Vivienda del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y en julio, el notariado situó el precio medio en 1.910 €/m², un 4,9% más que un año antes.
Con este telón de fondo, a más de uno le tienta mirar pisos “okupados” con descuento. De hecho, algunos portales ya permiten filtrar específicamente viviendas marcadas como “ocupadas”, lo que confirma que este nicho ha ganado visibilidad.
Antes de lanzarse, conviene entender los riesgos reales. Si quieres saber cuáles son, en HelpMyCash te los analizamos a continuación.
Cuatro riesgos de comprar una vivienda ‘okupada’
El primero es obvio pero crucial: no podrás ver el interior hasta que recuperes la posesión. Muchos anuncios lo dicen con todas las letras: activo “no visitable”. Eso significa comprar casi a ciegas, sin verificar estado, instalaciones, humedades o posibles daños. Es un salto de fe que puede convertir la aparente ganga en un pozo de gastos imprevistos cuando por fin entres: desde una reforma integral hasta reposición de suministros y cerraduras.
El segundo problema es la financiación. Para conceder una hipoteca, el banco exige una tasación homologada; si el inmueble está ocupado y no se puede acceder, el tasador no puede hacer su trabajo y la operación se queda sin financiación. En la práctica, los anuncios de este tipo advierten “no hipotecable” y exigen pago al contado. Sin tasación no hay préstamo con garantía real, por lo que el comprador necesita liquidez total para cerrar la compra.
El tercer frente es el tiempo y el coste jurídico de recuperar la posesión. Puedes intentar un acuerdo con los ocupantes o esperar a que el juzgado ejecute el lanzamiento. Aun con procedimientos “ágiles”, los plazos se demoran: la admisión de la demanda, señalamientos y posibles incidencias pueden prolongar el calendario varios meses o más, según el caso y la carga del juzgado. No es un trámite automático, y mientras tanto no podrás usar ni reformar la vivienda.
A esa ecuación hay que añadir el riesgo económico final: cuando consigas entrar, quizá te enfrentes a un interior destrozado, saneamientos y carpinterías para rehacer, electrodomésticos ausentes o daños en instalaciones. El sobrecoste de reparar puede “comerse” el descuento logrado en la compra; y si a eso sumas asesoría jurídica, tasas y tiempo de oportunidad, el margen de inversión se estrecha más de lo previsto. No es casualidad que muchos anuncios adviertan que se desconoce el estado actual del inmueble y que la venta es “tal cual está”.
Si después de leer estas líneas, prefieres comprar una vivienda que no conlleve ninguno de estos riesgos que hemos enumerado y necesitas hacerlo con una hipoteca, te dejamos a continuación el listado de las mejores hipotecas de octubre a tipo fijo, mixto y variable.
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