Todo sobre el pago con tarjeta de crédito
Todas las tarjetas de crédito, incluso online y gratuitas, ofrecen diferentes formas de pago para ganar flexibilidad, como liquidar a fin de mes o en cuotas; o algunas comodidades como el pago con el móvil. Te contamos todo sobre sus características, costes y ventajas, para que elijas la que más se ajuste a ti.
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Las modalidades habituales del pago con tarjeta de crédito
Una de las principales diferencias entre una tarjeta de crédito y de débito es que la primera permite al cliente financiar sus compras, mientras que la de débito no. A continuación, te resumimos los cuatro sistemas de pago que se pueden usar con las tarjetas de crédito:
Aplazas la devolución del dinero en cuotas mensuales escogiendo el tanto por ciento de la deuda que se quiere abonar cada mes (cada banco establece el tanto por ciento mínimo). El importe de las cuotas se reduce a medida de que el saldo pendiente disminuye. Está operación sí genera intereses.
- Los tres primeros métodos de pago los ofrece cualquier tarjeta de crédito, incluidas las tarjetas de crédito sin cambiar de banco y las tarjetas de crédito online.
- Sin embargo, las que son exclusivamente revolving, no ofrecen el pago total sin intereses. Por su parte, el pago fraccionado con un plazo concreto no siempre está disponible.
Todos los métodos de pago en cuotas mensuales suponen un sobrecoste, ya que o bien se pagan intereses (lo más habitual) o, en casos concretos, comisiones. El tipo de interés medio de las tarjetas de crédito fue del 18,45% en febrero de 2025, según estadísticas del Banco de España.
Pago total: pago a fin de mes
Pagas a fin de mes: cada banco establece el día en el que pasa el recibo, que normalmente suele estar comprendido dentro de los primeros 10 días del mes, para que te dé tiempo a haber cobrado la nómina.
No tiene intereses: la principal ventaja de este método es que es un sistema financiación gratuito, ya que el dinero no se tiene que devolver inmediatamente y no genera intereses.
Se paga sin fraccionar: todo lo que has gastado con la tarjeta de crédito durante el mes lo devuelves de golpe en una fecha concreta
Pago aplazado: cuota fija mensual
La cuota no varia aunque gastes más. Tú escoges el importe de la cuota. Por ejemplo 20€, 100€ o 200€, siempre respetando la cuota mínima que te imponga la entidad (normalmente no se pueden establecer cuotas inferiores a 20 o 10 euros).
Pagas intereses. Salvo algunas promociones, este tipo de pago con tarjeta de crédito siempre implica el pago de intereses. Si tu tarjeta de crédito tiene establecido este sistema, todo el dinero que gastes lo devolverás en cuotas mensuales.
El plazo se alarga si haces más compras. El plazo de devolución será mayor o menor en función del importe que debas y la cuota escogida. Cuanto mayor sea la cantidad que reembolses cada mes, más breve será el plazo hasta liquidar la deuda, siempre y cuando no vayas adeudando más dinero cada mes.
¡Ojo! Al asumir el mínimo de una tarjeta de crédito la cuenta no disminuye porque los pagos se componen en mayor parte de comisiones, intereses y gastos administrativos. Es mejor SIEMPRE seleccionar un pago superior al mínimo.
Pago aplazado: porcentaje de la deuda mensual
Como el resto de los sistemas de pago fraccionados, genera intereses.
Escoges qué tanto por ciento de la deuda quieres devolver cada mes, por ejemplo un 5%.
Los emisores de tarjetas establecen un mínimo, por ejemplo no se puede devolver cada mes el 0,1% de la deuda (en este caso el reembolso sería interminable, como ya hemos explicado más arriba), aunque el mínimo suele ser bastante bajo, por debajo del 5% en muchos casos.
No nos cansamos de repetirlo: cuanto menor sea el tanto por ciento, más se tardará en devolver el dinero y más intereses se pagarán. Con este sistema de pago con tarjeta de crédito la cuota mensual cambia cada mes.
Pago aplazado: número concreto de meses
Seleccionas en cuánto meses quieres devolver el importe de una compra, de manera que desde el primer momento sabes cuál será la cuota mensual, durante cuánto tiempo estarás pagando y cuáles serán los intereses totales (tres cosas difíciles de saber con los otros sistemas de pago aplazado).
Por lo general, este sistema no pude establecerse por defecto, sino que está reservado para compras concretas y no está disponible en todos los bancos.
En ocasiones se llama pago fácil e incluye ventajas como tipos de interés más bajos que en el resto de las modalidades. Más abajo analizaremos este sistema.
Pago fácil: una opción cada vez más habitual
Adopta muchos nombres según el banco: pago fácil, compra aplazada, gran compra... Si bien tiene sus particularidades, en realidad no deja de ser cualquiera de los tres sistemas de pago fraccionados anteriores, pero con unas condiciones especiales.
Puedes aplazar el pago de una compra concreta en lugar de financiarlas todas y hacerlo con unas condiciones mejores, por ejemplo, un tipo de interés inferior al habitual o sin intereses, pero con una comisión de formalización de unos pocos euros.
No disponible para todas las tarjetas ni compras.
Ojo, porque algunos bancos solo permiten usar esta opción en las compras que tienen un importe mínimo.
Consejos para pagar con tarjeta de crédito sin endeudarse
Como hemos visto, el pago a plazos de las tarjetas de crédito implica intereses y, si no se sabe aplazar responsablemente, puede provocar que estés muchos años pagando e incluso acabar en una espiral de deudas muy difícil de eliminar.
Para evitar el sobreendeudamiento, es importante tener algunos consejos en cuenta:
¿Qué tener en cuenta antes de pagar con tarjeta de crédito?
Aunque pagar con tarjeta de crédito tiene muchos beneficios, también es importante considerar ciertos aspectos para evitar problemas financieros.
- Tasa de interés (TIN y TAE). Asegúrate de entender cuánto interés pagarás si decides no saldar el total de tu deuda al final del ciclo. Conocer la tasa de interés te ayuda a evitar sorpresas en tu factura.
- Límites de crédito. Siempre verifica el límite de crédito disponible. Excederlo puede generar cargos adicionales o un rechazo de la compra.
- Plazos de pago. Respeta la fecha de vencimiento de tu factura. Pagar a tiempo no solo te ahorra intereses, sino que también mejora tu historial crediticio.
Por ejemplo, aquí te mostramos el coste final de aplazar el pago de una compra de 2.000 euros durante seis o doce meses con una tarjeta de crédito con un tipo de interés del 21%:
A seis meses la cuota sería 354,05€ y los intereses totales 124,28€
A doce meses la cuota bajaría hasta 186,23€ pero los intereses totales alcanzarían los 234,71€.
Puedes cambiar cambiar el método de pago de tu tarjeta de crédito cuando quieras a través de tu app o la banca online de tu entidad.
Un consejo que te damos desde HelpMyCash es mantener por defecto la opción de pago a final de mes y en un momento concreto fraccionar alguna compra en cuotas mensuales. Puedes hacerlo a través de tu banca virtual o llamando por teléfono a tu banco.
¿Cuánto te costará financiar una compra con tu tarjeta de crédito?
Ya conoces los diferentes tipos de pagos aplazados con las tarjetas de crédito. Antes de realizar una compra, debes saber cuánto pagarás.
Por ello, desde HelpMyCash hemos creado esta calculadora gratuita con la que podrás saber cuánto pagarás en intereses y durante cuánto tiempo.
Rellena el formulario y en menos de cinco minutos tendrás tu informe personalizado:
Preguntas frecuentes sobre las tarjetas de crédito
La principal diferencia entre una tarjeta de crédito y una de débito es que una permite financiar compras y la otra no.
- Cada vez que usas tu tarjeta de crédito, el dinero que te gastas no es tuyo, sino que sale de la línea de crédito que te ha concedido el banco. Tu entidad te presta cierta cantidad de dinero y tú te comprometes a devolvérsela en el futuro. Estas tarjetas son al mismo tiempo un medio de pago y un instrumento de financiación.
- En cambio, cuando usas una tarjeta de débito, el dinero que gastas procede de tu cuenta corriente.
El coste de financiar una compra con la tarjeta de crédito dependerá del interés que se aplique sobre la tarjeta, la modalidad que se elija para reembolsarlo, la cantidad a financiar y el plazo durante el que se esté pagando.
- Los intereses serán el porcentaje que el banco te cobrará por prestarte el dinero. Este interés promedio es actualmente del 18,45%, de acuerdo con datos referidos a febrero de 2025 recopilados por el Banco de España. Ten en cuenta que el tipo medio de los préstamos al consumo es del 7,11%, por lo que pueden ser una mejor alternativa para importes altos.
- En los pagos a fin de mes, se cargará en la cuenta todo lo que se haya gastado el mes en durante los primeros días hábiles del posterior, dependiendo del banco. Es necesario disponer del saldo suficiente para pagar toda la deuda y que no se impongan intereses.
- En el pago fraccionado, las cuotas elegidas suelen cargarse también en los primeros días de cada mes. Algunas entidades cada vez más ofrecen nuevas facilidades e incluso permiten pagar lo adeudado cada ciertos días (por ejemplo, cada semana) o cuando se acumulan compras por un cierto importe.
Por lo general, la entidad te la concederá de forma fácil si no apareces en la lista de ASNEF, si tienes domiciliada una nómina o pensión o si puedes demostrar unos ingresos mínimos que cumplan con los umbrales establecidos por la emisora.
En todo caso, será crucial contar con un buen historial crediticio y se realizará un estudio individualizado del solicitante.
Aunque son menos ventajosas, salvo si las usas para pagar compras en otros países de la zona euro con pago total a fin de mes, no estaría de más llevar una tarjeta de crédito. En algunos establecimientos, como los hoteles o las compañías de alquiler de coches, suelen exigir un plástico de este tipo para el depósito inicial (el dinero queda retenido y se devuelve una vez finalice el servicio).
Debes de tener en cuenta que la tarjeta de crédito, en realidad, funciona como un préstamo que te otorga el banco. Lleva implícitos intereses que habrán sido pactados previamente, así como comisiones. La retirada de efectivo a crédito en cajeros suele incluir una comisión que oscila entre el 4% y 5%, a lo que se ha de sumar los intereses de la propia línea de crédito utilizada.