Ya tenía un préstamo para un coche que llevaba un año pagando. Era un préstamo con interés bajo y por el que no tuve que pagar comisión de apertura. Ahora necesitaba 4000 euros para una mudanza, así que me ofrecieron ampliar el préstamo que ya tenía, pero a interés más alto y pagando una comisión de apertura de 775 euros.
Sabía que salía perdiendo con los números, pero como al final la cuota solo me quedaba 50 euros superior a la que ya pagaba, me iba bien, así que acepté.
Después de subir la documentación a la web (DNI, Certificado de Titularidad del banco por el que ya me estaban cobrando los recibos del préstamo anterior y última nómina), después de hablar con hasta 5 personas diferentes, con sus consecuentes grabaciones y confirmaciones de todos los datos, incluídos los del banco... finalmente me conceden el préstamo, pero para mi sorpresa pasan los días y no me llega el dinero.
Entonces se me ocurre mirar toda esa documentación que te hacen firmar a prisas y corriendo mientras te atienden por teléfono y que, obviamente, no te da tiempo a leer porque además la estás viendo por el móvil mientras tu interlocutor te va diciendo "ves bajando, baja, baja hasta abajo y ahora dale a firmar..." y me doy cuenta de que en el contrato que me enviaron hicieron constar una cuenta que tenía 20 años de antigüedad en su historial, que estaba cancelada y que además, durante las grabaciones ya había dicho que no existía. Pues no se les ocurrió utilizar la que ya estaban utilizando para el préstamo anterior y de la que les había facilitado otra vez el Certificado de Titularidad, no, debieron pensar que era mejor idea utilizar la que no existía.
Ahora yo ni tengo el dinero, ni me saben decir cuándo lo tendré (porque cada vez que llamo, la persona que muy amablemente me atiende me da un plazo distinto. Unos dicen 24 horas, otros 3 ó 4 días y el último ya ha sumado una semana. Ahora mismo me inspiran menos confianza que un mono con un revólver.
Continuará...