Se cumple un año del lanzamiento del aval hipotecario del ICO para ayudar a los jóvenes y a las familias a comprar su primera vivienda y el balance es discreto. A cierre de septiembre, las entidades habían formalizado 7.887 hipotecas con esta línea, por un total de 196 millones de euros, según los datos recopilados por El Mundo. Eso equivale al 7,8% del dinero disponible —2.500 millones—, un porcentaje muy por debajo de lo esperado para lo que se presentó como la gran palanca de acceso a la vivienda.
El diagnóstico que comparten muchos bancos señala dos frenos claros. Por un lado, los requisitos limitan el universo de posibles beneficiarios. La línea está pensada para menores de 35 años sin vivienda en propiedad, con ingresos individuales por debajo de 37.800 euros brutos y con topes de precio del inmueble que varían por territorio: 325.000 euros en la Comunidad de Madrid, 300.000 en Cataluña, Navarra y País Vasco, y 275.000 en Baleares o Aragón. También pueden acogerse familias con menores a cargo, sin límite de edad y con umbrales de renta algo más altos, pero siempre dentro de esos topes de precio.
Por otro lado, el procedimiento burocrático es muy complejo: primero se firma la hipoteca y después se tramita el aval, de modo que el banco asume el 100% del riesgo en el momento de la firma y solo más tarde puede contar con la cobertura pública. Eso obliga a las entidades a verificar con el ICO, caso por caso, que cada dato y cada documento cuadran, para no quedarse con una operación al 100% si algo falla.
El Gobierno confía en que aumenten las cifras
Pese a las quejas, el organismo público confía en que el programa coja velocidad. Desde su puesta en marcha, algo más de 5.600 jóvenes y otras 2.230 familias han accedido al aval en todo el país, con Andalucía como la comunidad más activa —cerca de 2.270 operaciones— y la Comunidad Valenciana superando el millar. Solo en agosto se firmaron en torno a 800 hipotecas con esta modalidad.
El contexto, además, es de mercado hipotecario fuerte: en julio se rubricaron 57.299 préstamos, el dato mensual más alto de 2025, y en los siete primeros meses del año se acumulan 369.527 hipotecas, un 24% más que en 2024, en línea con el tirón general del inmobiliario.
Aval ICO vs ayudas autonómicas
La comparación con los programas autonómicos ayuda a entender por qué la línea estatal avanza despacio. Madrid es el ejemplo más citado por su agilidad: desde 2022 han pasado por sus ayudas 5.067 jóvenes y se han concedido 3.400 hipotecas, con 86 millones de euros destinados a avalar hasta el 20% de viviendas que no superen los 390.000 euros. Este año, además, la Comunidad ha subido el límite de edad de 40 a 50 años para adaptarse a una realidad de precios más altos y carreras salariales más largas. Trabaja, además, con una red amplia de bancos —Santander, CaixaBank, Ibercaja, Kutxabank, Abanca, Unicaja, ING, Sabadell y Eurocaja Rural— que conocen bien el flujo y lo tramitan con menos fricción.

¿Cuáles son las ayudas para la compra de vivienda para jóvenes?
Andalucía ha anunciado una ampliación de su programa tras dos años y 2.100 beneficiarios, elevando el porcentaje avalado del 15% al 20% y el límite de edad hasta los 40 años. Cataluña, por su parte, ha optado por una fórmula distinta desde junio: la administración presta directamente el 20% del precio (hasta 50.000 euros) y el banco financia el 80% restante. Ese préstamo público no devenga intereses, no se devuelve hasta amortizar la hipoteca, cuenta con una carencia de 30 años y luego un plan de cinco años para reintegrarlo. A cambio, la vivienda pasa a ser de protección oficial y su precio queda limitado en reventa.
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