La crisis de una vivienda asequible ya no es solo un debate nacional: esta semana ha llegado con fuerza a Bruselas. La Comisión Europea presenta hoy, 16 de diciembre de 2025, su primer gran “paquete” para impulsar la compra de vivienda asequible en la UE, con una idea central: si falta oferta, hay que construir más y más rápido, y para ello hay que recortar costes y tiempos. Según sus estimaciones, Europa debería añadir 650.000 viviendas al año además de las 1,6 millones que ya se levantan anualmente para acercarse a las necesidades de la población.

El contexto explica la urgencia. La vivienda aportó alrededor del 5,3% del PIB de la UE en 2024, pero el encarecimiento está tensionando la inclusión social y la movilidad laboral. Bruselas recuerda que, desde 2013, los precios han subido más del 60% en términos nominales en el conjunto de la Unión, y destaca el caso español, con un aumento del 72%, por encima de Alemania, Francia o Italia.

Menos cargas burocráticas, uno de los principales ejes

Aun así, el alcance del plan tiene límites claros: la política de vivienda es competencia de los Estados y, en países como España o Alemania, también de comunidades y ayuntamientos. Por eso, más que imponer reglas duras, la Comisión plantea una combinación de medidas a nivel UE y recomendaciones para que cada país las adapte. En esa línea, una de las palancas principales es la simplificación administrativa: más digitalización, más estandarización de normas y menos carga burocrática para abaratar el “coste de cumplir” y acortar el calendario de una promoción. El objetivo es acelerar licencias que, según admite el propio documento, pueden tardar hasta siete años en algunos lugares.

Otro punto sensible es el de los permisos medioambientales. Bruselas propone que los Estados “aprovechen al máximo” reformas que agilicen evaluaciones y eviten duplicidades, con la idea de que la tramitación no se convierta en un cuello de botella permanente. El mensaje es pragmático: si se tarda demasiado en aprobar, la vivienda llega tarde y llega cara.

El plan también pone el foco en un cambio de modelo constructivo: la vivienda modular y prefabricada. La Comisión la presenta como una vía para producir más rápido, con menos errores y plazos más cortos, algo especialmente útil para vivienda social y asequible. Reconoce, eso sí, que hoy existen frenos importantes, como la inversión inicial, la incertidumbre sobre la demanda y la cobertura de seguros.

Alquiler: el plan no incluirá topes en zonas tensionadas

¿Y qué pasa con el precio del alquiler? Aquí Bruselas marca distancia: según lo adelantado, el plan no incluirá topes europeos a las rentas, ni siquiera en zonas tensionadas, aunque sí contempla más fondos y herramientas para que los gobiernos controlen el alquiler de corta duración. Tampoco adopta tal cual la idea española de un “fondo común” europeo, pero abre la puerta a redirigir fondos ya existentes hacia vivienda si los países lo necesitan y a revisar reglas, como las de ayudas de Estado, para facilitar más vivienda asequible.