Tuve la Cuenta Corriente Open y también una tarjeta de débito. El trato que recibí fue, en términos éticos y morales, aceptable. Sin embargo, hay una cosa que no me gustó: cuando tenía que realizar ciertas operaciones, debía firmarlas con una carta que contenía un código de validación. Esta misma se enviaba a mi domicilio, en, aproximadamente, siete días hábiles. El problema surge que, a pesar de poner el código correcto, no sé por qué, el sistema no detectaba como incorrecto, y cuando llegaba el tercer intento fallido, la clave se bloqueaba, teniendo que solicitar otra nueva, y así esperar otros siete días más. Sinceramente, en pleno 2023, me parece muy obsoleto este sistema de seguridad.