Lo que más duele no es haber tenido que denunciar a mi banco de toda la vida, ABANCA, por comisiones ****, sino ver que, tras ganar el juicio, todavía no hay transparencia ni respuestas claras. Dos hipotecas, años de relación, y cero responsabilidad.
He pasado muchos años confiando en ABANCA. Dos hipotecas, cuentas, y todo lo que conlleva depositar la tranquilidad de tu vida en un banco. Pero después de todo eso, me he visto obligado a denunciarles.
Su tarjeta VISA me cobró comisiones totalmente ****, que un juez ha declarado ilegales. Y aun así, lo peor no fue eso, sino lo que vino después: la falta absoluta de transparencia, el silencio, y la sensación de que a nadie le importa cuando el cliente ya no les resulta rentable.
En momentos de la vida en los que uno ya viene cansado, solo esperas un poco de honestidad y respeto. Pero en lugar de eso, me he encontrado con puertas cerradas y respuestas vacías.
No escribo esto con rabia, sino con decepción. Porque no debería ser necesario denunciar a tu propio banco para que actúe con justicia. Y menos aún tener que insistir para obtener cifras o explicaciones que deberían ser públicas y claras desde el primer día.
Mi confianza en ellos se rompió, y creo que la gente tiene derecho a saberlo.