Alquiler con opción a compra: ¿en qué consiste?
¿Te preguntas si es mejor comprar o alquilar? Existe un punto intermedio: el alquiler con opción a compra: una fórmula que combina el arrendamiento de una vivienda con la posibilidad de comprarla en el futuro.
Aquí te explicamos cómo funciona esta alternativa, cuándo puede ser conveniente y cuáles son sus ventajas e inconvenientes.
¿Qué es el alquiler con opción a compra?
El alquiler con opción a compra es como decir: “Oye, me gusta esta casa, voy a vivir aquí un tiempo… y si todo va bien, me la quedo”. Básicamente, alquilas una vivienda y pactas con el dueño que, cuando acabe el contrato, puedes comprarla por un precio que acordáis desde el principio. Así, durante ese tiempo, el propietario no se la puede vender a nadie más.
Y lo mejor: si al final decides comprarla, parte de lo que has ido pagando de alquiler se descuenta del precio. Vamos, que no has estado tirando el dinero. Es una buena opción si ahora no tienes ahorrado ese 20% que te piden los bancos para una hipoteca, o si aún no puedes pedir financiación, pero crees que más adelante sí podrás. Te da tiempo, margen y algo de tranquilidad.
Imagina una vivienda con un precio de 200.000 euros. El propietario y el inquilino acuerdan un alquiler con opción a compra a tres años, con estas condiciones básicas:
- Prima de opción: el inquilino paga un 10% del precio al inicio, es decir, 20.000 euros, que se descontarán del precio si compra.
- Alquiler mensual: 900 euros. De esa cantidad, se pacta que 300 euros al mes se considerarán pagos a cuenta del futuro precio de compra y se descontarán si se ejerce la opción.
A la firma, el inquilino tiene que disponer de esos 20.000 euros de prima, más la fianza y pequeños gastos de formalización. Durante los tres años, paga 900 euros al mes de alquiler. En total, abonará 32.400 euros de renta (900 × 36 meses), de los que 10.800 euros (300 × 36) se irán acumulando como “hucha” para la compra.
Si al final del plazo decide comprar, del precio inicial de 200.000 euros se restan los 20.000 euros de prima y los 10.800 euros abonados a cuenta a través del alquiler. El precio pendiente a pagar sería de 169.200 euros más los impuestos y gastos de compraventa que correspondan. Habría utilizado esos tres años para ir “transformando” parte del alquiler en entrada.
¿Para quién tiene sentido el alquiler con opción a compra?
El alquiler con opción a compra no es para todo el mundo. Tiene sentido sobre todo para perfiles muy concretos: personas que podrían pagar una hipoteca sin problema, pero que hoy no tienen suficiente ahorro para la entrada o que todavía no están seguros de si esa vivienda es “la definitiva”.
Un caso típico es el de parejas jóvenes con ingresos estables, pero sin el 20% de entrada más gastos que piden los bancos. Con esta fórmula pueden vivir unos años en la casa, acumular parte de la entrada a través de la prima y de una parte del alquiler, y, si todo va bien, ejercer la opción más adelante. Para ellos, el alquiler con opción a compra es una especie de “puente” entre el alquiler tradicional y la compra.
También puede encajar para quien no sabe si se quedará en esa ciudad o barrio. Quizá ha cambiado de trabajo, está probando otra zona o no tiene claro si quiere vivir allí a largo plazo. En ese caso, alquilar con opción a compra permite “probar” la vivienda y el entorno: si está cómodo, compra; si no, deja vencer la opción y se marcha como en un alquiler normal, asumiendo el coste de la prima que haya pagado.
Desde el lado del propietario, esta fórmula es interesante para quien quiere asegurar un comprador futuro y, mientras tanto, cobrar un alquiler algo más alto. Puede ser un particular que lleva tiempo intentando vender sin éxito, o un pequeño inversor que prefiere tener un inquilino motivado en cuidar la vivienda porque sabe que puede acabar siendo suya. A cambio de ofrecer la opción de compra, obtiene una prima inicial y una renta con algo más de margen.
¿Cómo funciona?
Dos contratos en uno
Al alquilar con derecho a compra, técnicamente se formalizan dos contratos: uno de alquiler y otro de compraventa. Y es muy importante que revises su contenido detenidamente, porque ahí aparecerán las condiciones tanto del arrendamiento como de la futura opción de compra.
El propietario y el inquilino pueden negociar las condiciones del alquiler, pero desde HelpMyCash recomendamos que siempre aparezcan las siguientes cláusulas en el contrato:
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El plazo durante el que puedes alquilar la vivienda. El máximo por ley son cinco años, que puedes prorrogar hasta en cinco más si llegas a un acuerdo posterior con el casero.
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El momento en el que podrás ejercer tu opción de compra. Suele ser a partir del segundo o del tercer año.
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La cuota del alquiler que pagarás mientras arriendas la casa o el piso, además de otros gastos como la fianza o los honorarios de la inmobiliaria que te ha enseñado la vivienda.
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La voluntad del propietario de venderte la vivienda si decides ejercer tu derecho a compra y tienes el dinero necesario para pagar el precio acordado.
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El precio de la casa o del piso que tendrás que pagar si ejerces tu opción a compra.
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Cuánto se te descontará del precio. Normalmente, se descuentan todas las cuotas pagadas durante el alquiler de la vivienda, pero se puede pactar un porcentaje.
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El coste de la prima que pagarás para reservar tu opción de compra y que perderás si no la ejerces.
¿Qué pasa si no se compra?
Si como inquilino decides no comprar al final del periodo acordado, perderás el derecho a hacerlo. En la mayoría de los casos, también perderás las cantidades entregadas en concepto de opción de compra y no se te devolverá lo abonado por el alquiler.
Ventajas e inconvenientes del alquiler con derecho a compra
Si has llegado hasta esta página es porque te preguntas si alquilar con opción a compra es conveniente para ti. Para que puedas valorarlo, a continuación te presentamos los pros y los contras de esta operación como inquilino y futuro comprador:
Ventajas
Buena opción si tienes pocos ahorros. Con el alquiler con opción a compra ganarás tiempo para ahorrar la entrada de la casa (30% de su valor) y pagarás parte de su precio con la renta del alquiler.
Vivirás en la casa antes de comprarla. Mientras dure el alquiler, podrás valorar si la vivienda se adapta a tus necesidades. Si ves que no te interesa, podrás renunciar a tu derecho a adquirirla.
Conviene si los precios tienden al alza. El precio pactado se basará en los precios actuales. Si el coste de las viviendas sube en el futuro, el casero no te podrá vender la casa más cara y saldrás ganando.
Inconvenientes
Tendrás que pagar por la opción de compra. Te tocará pagar una prima para reservar la opción de compra. Si no compras la vivienda al terminar el alquiler, no recuperarás ese dinero.
Las cuotas del alquiler serán más caras. En general, tendrás que pagar una renta mensual más alta que si alquilas la vivienda con un contrato de arrendamiento normal y corriente.
No conviene si los precios van a la baja. Si el precio de las viviendas ha bajado cuando te toque ejercer el derecho a compra, pagarás más de lo que valga la casa en ese momento.
Pasos para alquilar un piso con opción a compra
¿Te convencen las bondades del alquiler con opción a compra? Estos son los pasos que tienes que dar para disfrutar de esta modalidad de arrendamiento:
1. Busca viviendas de alquiler con derecho a compra
El primer paso es buscar pisos y casas que puedas alquilar con opción a compra. En los portales inmobiliarios online más usados (Fotocasa, Idealista, etc.) puedes usar filtros para encontrar este tipo de viviendas. Si no encuentras lo que buscas, también puedes visitar pisos de alquiler y tratar de llegar a un acuerdo con el casero para incluir una opción de compra en el contrato.
2. Negocia las condiciones con el casero y firma el contrato
Una vez encontrada la vivienda, tendrás que negociar las condiciones del arrendamiento con el propietario. Esas condiciones deben quedar estipuladas en dos contratos, como comentábamos antes: uno de alquiler y otro de compraventa.
3. Vive de alquiler durante el plazo pactado
Una vez firmado el contrato, podrás vivir de alquiler durante el plazo que hayas acordado con el casero. Como comentábamos más arriba, el propietario no puede vender la casa hasta que no termine el contrato.
4. Ejerce tu opción de compra
Cuando llegue el momento, tendrás que decidir si ejerces la opción de compra o no. Si decides ejercerla, tendrás que conseguir el dinero para pagar el precio que hayas acordado con el casero (puede ser propio o puedes pedir una hipoteca). Y si prefieres echarte para atrás, perderás la prima que hayas pagado.
5. Firma la compraventa ante notario
Como ocurre con una compra normal y corriente, tendrás que formalizar la adquisición de la vivienda en una notaría. Asimismo, deberás inscribirte como nuevo propietario de la casa en el Registro de la Propiedad.
Gastos del alquiler con opción de compra
Ahora bien, antes de firmar la operación, debes tener en cuenta que tiene un precio. Cuando alquilas una vivienda, tienes que pagar una serie de gastos; y lo mismo ocurre cuando compras una casa o un piso. Por lo tanto, con el alquiler con opción de compra te tocará abonar gastos propios de ambas operaciones:
Los gastos asociados al alquiler
La reserva. Si la vivienda tiene mucha demanda, tendrás que pagar cierta cantidad de dinero (variará según la zona y la inmobiliaria) para que el propietario no se la alquile a nadie más mientras negociáis las condiciones. Ese dinero se te descontará de la fianza.
La fianza. La mayoría de los caseros piden una o dos mensualidades por adelantado en concepto de fianza. Si abandonas la vivienda, ese dinero lo podría usar para reparar cualquier desperfecto que hayas causado durante tu estancia. Y si acabas comprando la casa o si la dejas en perfecto estado, recuperarás esa cantidad.
Las cuotas del alquiler. Una vez firmado el contrato, tendrás que pagar la mensualidad que hayas acordado con el propietario durante el plazo que dure el arrendamiento.
Los gastos asociados a la opción de compra
La prima. La mayoría de los caseros te pedirán adelantar cerca de un 10% del precio de la vivienda (puedes acordar una suma distinta) cuando firmas el contrato de alquiler con opción a compra. Esa cantidad de dinero la perderás si finalmente no ejerces tu opción de compra.
El precio de la vivienda. Si ejerces tu derecho a comprar la vivienda alquilada, tendrás que pagar el precio acordado con el casero. A ese precio tendrás que restarle la prima y las cuotas del alquiler que hayas pagado hasta ese momento.
Los gastos de formalización de la compraventa. También deberás pagar los impuestos asociados a la compra y los honorarios del notario, del gestor y del registrador que intervendrán durante el proceso. Su precio es un equivalente al 10-12% del precio de la vivienda.
Consejo de HelpMyCash: valora si podrás pagar todos estos gastos y si podrás conseguir una hipoteca para financiar parte de la compra de la vivienda.
Fiscalidad del alquiler con opción a compra (en resumen)
Desde el punto de vista del inquilino-comprador, mientras la operación es solo alquiler, la fiscalidad funciona como en cualquier arrendamiento: paga una renta mensual y, salvo deducciones muy concretas que hayan quedado vigentes en alguna comunidad, no suele tener beneficios fiscales especiales por ser inquilino. Si finalmente compra la vivienda, tendrá que pagar los mismos impuestos que en cualquier compraventa: Impuesto de Transmisiones Patrimoniales o IVA (si es vivienda nueva), más los gastos de notaría, registro y, en su caso, Actos Jurídicos Documentados.
La diferencia está en que, en esta fórmula, el comprador suele haber pagado una prima de opción y, a veces, una parte del alquiler que se descuenta del precio. Esa prima suele funcionar como un pago a cuenta: si compra, se resta del precio final; si no compra, normalmente la pierde. El efecto fiscal concreto de esa prima y de las cantidades abonadas a cuenta dependerá de cómo se haya estructurado la operación y de la interpretación de la administración tributaria.
Para el propietario, la prima de opción y las rentas que cobra tienen implicaciones en el IRPF. Durante la fase de alquiler, las mensualidades se declaran como rendimientos del capital inmobiliario, igual que cualquier arrendamiento. La prima de opción también se considera un ingreso y tributa como tal. Si al final se vende la vivienda, el propietario tendrá además que declarar la posible ganancia patrimonial generada entre la compra y la venta.