Cada vez hay más gente que se lanza a comprar piso sin pareja. Según Fotocasa Research, las personas solteras ya representan en torno a un 32% de los compradores de vivienda en España (con hipoteca o al contado), siete puntos más que hace dos años. Además, casi un tercio de quienes piden hipoteca son también solteros.

¿Por qué se produce este fenómeno? En parte porque el número de hogares unipersonales tienen una tendencia al alza. A comienzos de 2020 suponían el 34,6%, cinco años más tarde el volumen ha crecido hasta el 37,8% y según el INE (Instituto Nacional de Estadística) en unos años podrían alcanzar los 7,7 millones de hogares unipersonales frente a los 5,5 millones actuales.

Si estás en esta situación y tienes dudas de que es mejor: si comprar casa solo o en pareja, HelpMyCash ha preparado una guía para que te ayudará a decidir. Si estás interesado, sigue leyendo.

Comprar casa solo: más independencia, más “filtro” del banco

Cuando pides la hipoteca tú solo, todo el peso del préstamo recae sobre tu sueldo. El banco solo mira tus ingresos y tus deudas, así que la cantidad que te prestará suele ser más baja que si sumaras el salario de otra persona.

  • La cuota de la hipoteca no debería superar el 30–35% de tus ingresos netos.
  • En España, lo habitual es que el banco financie como máximo el 80% del valor de la vivienda. El otro 20% más los gastos de compraventa (impuestos, notaría, registro…) tienes que ponerlos tú. Comprar solo implica que todo ese esfuerzo de ahorro lo asumes en primera persona.

La parte buena es la libertad. Si compras tú solo, tú decides. No dependes de nadie para vender el piso, cambiarlo, alquilarlo o renegociar la hipoteca. Tampoco te “atas” jurídicamente a otra persona con una deuda a muy largo plazo.

Hipoteca en pareja: más fácil que te la concedan, pero la deuda es de los dos

Pedir la hipoteca en pareja suele ser más sencillo a ojos del banco.

  • Con ingresos conjuntos es más fácil cumplir la regla del 30–35% de esfuerzo. Una pareja que gana 3.500 euros netos al mes puede permitirse cuotas de hasta algo más de 1.000 euros sin que su presupuesto se resienta tanto. Eso abre la puerta a viviendas algo más caras o mejor ubicadas. Además, si uno de los dos sufre un bache (por ejemplo, un despido temporal), el otro puede ayudar a sostener la cuota.

La contrapartida es que la responsabilidad es compartida al cien por cien.

  • Si uno deja de pagar, al banco le da igual quién ha fallado: reclamará la totalidad de la deuda a cualquiera de los dos.
  • Si la relación se rompe, la hipoteca no desaparece. Seguiréis siendo copropietarios y cotitulares, y tendréis que llegar a un acuerdo para vender, para que uno se quede el piso o para cambiar el préstamo y dejar un solo titular

Qué te pide el banco si compras solo y qué te pide si vas en pareja

Tanto si compras solo como si lo haces acompañado, los bancos miran más o menos lo mismo: ingresos, estabilidad laboral, nivel de deudas y ahorros disponibles.

Si compras por tu cuenta, el análisis se centra en tu historial. Les interesa que tengas un contrato estable, cierto tiempo de antigüedad y un sueldo que permita pagar la cuota sin apuros. Cualquier otro préstamo (coche, estudios, tarjetas) resta capacidad. Además, esperan que llegues a la firma con, al menos, entre un 20 y un 30% del valor de la vivienda ahorrado, para cubrir la parte que la hipoteca no financia y todos los gastos.

En una hipoteca en pareja, el banco suma los ingresos de los dos y ve la foto conjunta. Eso ayuda a pasar el filtro, pero no significa que uno pueda “tapar” por completo la situación del otro. Si uno tiene un empleo muy inestable o muchas deudas, la entidad puede recelar. La ventaja es que, si ambos cumplen, podéis optar a tipos más competitivos o a plazos más largos. También resulta más sencillo conseguir que la suma final de ingresos triplique la cuota de la hipoteca, que es otra regla frecuente en la banca.

Ofertas destacadas para quien compra solo o en pareja

Independientemente de cómo compres, el tipo de hipoteca que elijas marcará mucho el coste final.

La Hipoteca Vamos Fija de Ibercaja ofrece un interés desde el 2,15% TIN y una TAE del 3,10% para un plazo de 25 años. Para acceder al tipo bonificado, Ibercaja pide bastante vinculación: domiciliar nóminas de al menos 2.500 euros entre los titulares, usar una tarjeta de crédito, domiciliar varios recibos y contratar con el banco los seguros de hogar y vida más un plan de aportación sistemática.

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La Hipoteca Open Fija de Openbank cuenta con un interés desde el 2,42% TIN y una TAE del 2,98% a 25 años. Para conseguir el tipo bonificado basta con domiciliar ingresos recurrentes (a partir de 900 euros al mes si hay un titular o 1.800 euros entre dos) y contratar a través de Openbank los seguros de hogar y de vida.

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La Hipoteca Vamos a tipo mixto 5 de Ibercaja combina cinco años iniciales a tipo fijo con el resto del plazo a interés variable. En la parte fija arranca desde el 1,55% TIN durante los primeros cinco años y, después, pasa a euríbor más 0,60%, con una TAE del 3,24%. Para lograr el tipo bonificado hay que domiciliar nóminas por al menos 2.500 euros entre los titulares, usar una tarjeta de crédito, domiciliar un mínimo de tres recibos cada dos meses y contratar seguros de hogar y vida, además de un plan de aportación sistemática con una aportación mensual mínima.

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El HipotecON Mixto de Cajamar también ofrece una mezcla de fijo y variable. Durante los primeros cinco años aplica un tipo desde el 1,79% TIN y, pasado ese periodo, el interés pasa a ser euríbor más 0,50%, con una TAE de 3,20%. Para conseguir el mejor tipo, Cajamar exige domiciliar ingresos recurrentes a partir de unos 700 euros al mes o la cuota de autónomos, domiciliar varios recibos básicos y activar la banca electrónica o telefónica del banco, además de contratar sus seguros de vida y hogar.

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La Hipoteca Variable de Kutxabank es la referencia del ranking a interés variable. El interés parte de un tipo fijo el primer año que ronda el 1,53% TIN y después se sitúa en euríbor más 0,49%, con una TAE en torno al 3,05%. Es una hipoteca pensada para perfiles que confían en un euríbor estable o a la baja y pueden asumir que la cuota cambie cada revisión. Para acceder a esas condiciones, Kutxabank pide domiciliar nóminas de al menos 3.000 euros mensuales entre los titulares, contratar un seguro de hogar y realizar una aportación mínima anual de 2.400 euros a un plan de pensiones o EPSV de la entidad.

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La Hipoteca Variable de Banco Sabadell es otra de las más destacadas. Ofrece un tipo fijo inicial en torno al 1,65% TIN el primer año y después pasa a euríbor más 0,55%, con una TAE aproximada del 3,48%. Para lograr el tipo bonificado hay que domiciliar la nómina, la pensión o las cuotas de autónomos y contratar con el banco tres seguros: hogar, vida y protección de pagos.

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