Si compraste tu vivienda antes del 1 de enero de 2013 y sigues dentro del régimen transitorio de la deducción por adquisición de vivienda habitual, amortizar hipoteca antes de que termine el año puede ser una de las decisiones más rentables (y más “seguras”) que puedes tomar con tu dinero. La razón es sencilla: no solo reduces deuda y futuros intereses, también puedes rebajar tu factura fiscal en la próxima declaración.
Qué es el régimen transitorio y cómo aplicarlo
La deducción por vivienda habitual desapareció para nuevas compras desde 2013, pero se mantiene para quienes compraron (y venían aplicándola) antes de esa fecha. Si estás en ese régimen, puedes deducirte hasta el 15% de lo que pagues cada año por tu hipoteca, con una base máxima de 9.040 euros. En la práctica, el ahorro fiscal máximo llega a 1.356 euros (el 15% de 9.040 euros).
Si al llegar a diciembre no has alcanzado esos 9.040 euros sumando cuotas y amortización, todavía puedes hacer una amortización anticipada para “rellenar” hasta el máximo deducible y aprovechar el tope fiscal.
Pero lo importante no es amortizar “todo lo que puedas”, sino amortizar lo justo para no dejarte deducción encima de la mesa. Desde HelpMyCash recomendamos calcular cuánto has pagado ya en cuotas durante el año y, si no llegas a 9.040 euros, amortiza la diferencia. De ese modo, te aseguras el máximo ahorro fiscal y mantienes el resto del dinero disponible para otros objetivos.
Por ejemplo, si a cierre de año has pagado 8.000 euros en cuotas, aún te faltan 1.040 euros para llegar a 9.040. Amortizando esos 1.040 euros antes de final de año, maximizas la deducción anual y, además, reduces capital pendiente.
¿Y si no puedes acogerte a la deducción?
Si compraste después de 2013 (o no estás en el régimen transitorio), la decisión deja de tener ese “extra” fiscal y pasa a ser una comparación financiera pura: ¿te compensa más amortizar o poner el dinero a trabajar con un producto de ahorro o de inversión?
Aquí manda una regla sencilla: amortizar equivale a obtener una “rentabilidad segura” parecida al coste real de tu hipoteca (idealmente en TAE), porque cada euro que reduces deja de generar intereses en tu contra. Ahorrar o invertir puede ganar si consigues una rentabilidad neta superior (después de impuestos y comisiones), pero asumiendo el riesgo y la volatilidad que toque.
- En perfiles conservadores, o si tu hipoteca tiene un interés alto, amortizar suele ser una decisión muy eficiente: reduces intereses totales y, si eliges amortizar para reducir plazo en lugar de cuota, normalmente el ahorro final es mayor.
- Si tienes un tipo muy bajo (por ejemplo, variable con diferencial pequeño) y un horizonte largo, puede tener sentido valorar inversión diversificada a largo plazo, siempre con el matiz clave de HelpMyCash: invertir puede dar más, pero no lo hace “seguro”, y conviene hacerlo solo con dinero que no vas a necesitar a corto plazo. Si se quiere obtener una rentabilidad menor, pero asegurada, una opción serían los depósitos a plazo fijo.

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