Inicialmente, era un buen banco digital, pero desde que el dinero está a tipos positivos se ha convertido en un auténtico corralito. Para hacer una transferencia de cierto valor (10.000 euros en un día, se exige ponerse en contacto con el operador telefónicamente, el cual, al margen de preguntar machaconamente que porqué quiere hacer una transferencia a otra entidad (sic), pone todo tipo de pegas con las claves, para que haya que volver a llamar y aburrir al cliente. En un auténtico banco digital, las transferencias se pueden hacer hasta 50.000 euros sin ningún tipo de cortapisas, lógicamente con las medidas de seguridad correspondientes. En resumen, un auténtico corralito. Absténganse quienes deseen disponer libremente de su dinero.