Hipoteca fija o variable: ¿qué es mejor?
¿Es mejor contratar una hipoteca fija o variable? ¿O vale más la pena una mixta? No existe una respuesta única, porque cada modalidad es más o menos conveniente dependiendo de tu perfil.
Si no sabes qué tipo de hipoteca es mejor para ti, a continuación te ayudamos a valorar si te conviene más un interés fijo, variable o mixto.
Diferencias entre una hipoteca fija, una variable y una mixta
Empecemos por lo más básico. En España, el interés que tiene una hipoteca puede ser fijo, variable o mixto. Y antes de valorar cuál de todas ellas te conviene, debes conocer sus ventajas y sus inconvenientes:
Una hipoteca fija tiene un interés que no cambia durante todo el plazo. Es decir, que sus cuotas siempre son las mismas. Esto te da estabilidad, pero no te permite beneficiarte de posibles bajadas del euríbor.
Una hipoteca variable tiene un interés que cambia periódicamente dependiendo de la evolución del euríbor. Tus cuotas bajarán cuando este índice descienda, pero también se encarecerán cuando suba.
Una hipoteca mixta tiene un interés fijo durante los primeros años y variable para los siguientes. Ese tipo fijo inicial suele ser más bajo que el de las hipotecas fijas, pero dependerás del euríbor cuando tu tipo pase a ser variable.
Como ves, cada modalidad tiene sus pros y sus contras. Si quieres saber si te conviene más una hipoteca fija, una variable o una mixta, tendrás que analizar sus particularidades y valorar cuál puede ajustarse mejor a tu perfil.
Cómo elegir entre una hipoteca fija o una variable
Para averiguar si es mejor una hipoteca fija o una variable (o una mixta) es fundamental recordar que un préstamo hipotecario es un producto que se devuelve a muy largo plazo, por lo que no debes tomar la decisión basándote exclusivamente en las circunstancias actuales. Como el euríbor subirá y bajará varias veces a lo largo de los 20 o 30 años que dura una hipoteca, es imposible saber de antemano con qué modalidad pagarás menos.
El consejo que te damos desde HelpMyCash es que tengas en cuenta varios aspectos para valorar qué tipo de hipoteca es el que te conviene. Veamos cuáles son:
Según tu tolerancia al riesgo
En primer lugar, debes decidir cuánto quieres arriesgarte. Si elijes una hipoteca fija, siempre pagarás lo mismo, así que asumirás menos riesgos. En cambio, si te decantas por un interés variable, correrás más peligro de que te suba la cuota por aumentos del euríbor, pero si este índice se mantiene bajo durante el plazo de la hipoteca, saldrás ganando.
En cuanto a las hipotecas mixtas, son menos arriesgadas que las variables, porque su interés es fijo durante los primeros años. Pero ojo, porque si el euríbor está bajo en ese período inicial, no podrás aprovecharlo, y si sube cuando tu tipo pase a ser variable, tus cuotas sí subirán.
Según tu situación económica
Otro punto que debes tener en cuenta es tu músculo financiero y proyección laboral. Si disfrutas de un muy buen nivel adquisitivo y tu sueldo es ascendente, tendrás más capacidad de asumir el mayor riesgo asociado a las hipotecas variables y mixtas, si quieres. En cambio, si tu situación económica está más estancada, un tipo fijo puede ofrecerte una mayor estabilidad.
Según las condiciones que ofrecen los bancos
Asimismo, tienes que fijarte en las condiciones que te ofrecerán los bancos a tipo fijo, variable o mixto. Más allá de los intereses, debes tener presente que, en general, las hipotecas fijas tienen comisiones más caras por amortización anticipada, es decir, por hacer pagos adelantados. En cambio, las variables y las mixtas suelen penalizar menos esta operación.
Ahora bien, cada entidad tiene su política: algunas no incluyen estas comisiones en sus hipotecas fijas, otras sí las aplican en sus préstamos hipotecarios a tipo variable o mixto… Y también puedes negociar para que no te incluyan estas y otras comisiones y para que te ofrezcan mejores intereses.
En el comparador de hipotecas de HelpMyCash puedes consultar las condiciones de todos los préstamos hipotecarios de España.
Conclusión: ¿es mejor una hipoteca fija o variable?
Con las claves que te hemos ofrecido en el anterior apartado, tienes que analizar tu propio perfil y valorar si te resulta más conveniente una hipoteca fija, una variable o una mixta. Pero si te cuesta decidirte, desde HelpMyCash te proponemos lo siguiente:
Una hipoteca fija puede ser mejor si tienes poca tolerancia al riesgo y quieres pagar siempre lo mismo; especialmente si crees que podrías tener problemas para asumir subidas de cuotas en el futuro.
Una hipoteca variable puede ser mejor si quieres arriesgarte porque crees que el euríbor estará bajo durante la mayor parte del plazo, pero debes tener músculo financiero suficiente para pagar cuotas más altas en caso de que este índice suba.
Una hipoteca mixta puede ser mejor si quieres protegerte a corto plazo de los vaivenes del euríbor, pagando unas cuotas más bajas que con una fija, y crees que podrás adelantar pagos para tener menos exposición al euríbor cuando tu tipo pase a ser variable
Ahora bien, ten presente que esto son consideraciones generales y que la decisión final la debes tomar tú. Nuestro consejo es que te tomes tu tiempo para valorar los pros y los contras de cada opción y, sobre todo, que no te dejes llevar por lo que te recomienden los bancos, porque siempre tratarán de llevarte hacia la modalidad que les conviene a ellos.
¿Qué prefieren los españoles: hipoteca fija, variable o mixta?
Si todavía no lo tienes claro, quizás te ayuda saber cuál es la modalidad por la que se decantan los españoles cuando contratan una hipoteca. Esto es lo que indican los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), referidos a los préstamos hipotecarios inscritos en marzo de 2025:
El 66,8% de los que firmaron un préstamo hipotecario para adquirir una vivienda eligieron un tipo fijo.
El 33,2% de los que contrataron una hipoteca para comprar una vivienda optaron por un interés variable o mixto.
Por si te sirve, también queremos destacar que la hipoteca fija es la modalidad preferida por los españoles desde el 2020, según el INE. Antes de ese año, la mayoría de los préstamos hipotecarios se contrataban a tipo variable.