El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha puesto sobre la mesa una idea contundente para abaratar la cuota mensual de los compradores de vivienda: permitir hipotecas a 50 años. El objetivo declarado es mejorar el acceso a la vivienda en un mercado presionado por precios elevados y tipos de interés altos. La propuesta ha saltado a la agenda pública tras un mensaje del propio Trump en su red social, con una imagen que contrasta las hipotecas a 30 años asociadas al mandato de Franklin D. Roosevelt con la posibilidad de llevarlas a 50 años en la actualidad.

La Administración ha dejado entrever que estudia vías para que los grandes del sistema hipotecario —Fannie Mae y Freddie Mac— puedan respaldar plazos más largos, algo que confirmaron fuentes oficiales y que el director de la FHFA (la Agencia Federal de Financiamiento de la Vivienda), Bill Pulte, ha defendido como una herramienta más dentro de un paquete amplio de soluciones a la crisis de asequibilidad.

Letras más asequibles, pero mayor gasto en intereses

El razonamiento a favor es directo: si el mismo capital se devuelve en 50 años en lugar de 30, la letra baja y más hogares podrían alcanzar la compra. Pero la aritmética del préstamo tiene otra cara. Al alargar el plazo, la amortización de capital es más lenta y el coste total de intereses crece de forma notable frente a un préstamo a 30 años. Varios análisis publicados en medios económicos coinciden en que la cuota podría ser más llevadera a corto plazo, pero el precio final de la vivienda financiada aumentaría por la suma de intereses a lo largo de cinco décadas.

El planteamiento también ha recibido críticas de expertos en vivienda y de voces del propio Partido Republicano. Los detractores sostienen que extender plazos sin aumentar la oferta de viviendas es, en el mejor de los casos, un “parche” que puede empeorar el problema al trasladar más capacidad de compra al mismo stock, empujando los precios al alza y retrasando la construcción de patrimonio de los hogares. El debate se ha avivado en los últimos días con análisis que subrayan el menor ritmo de generación de capital propio, los riesgos para la planificación financiera cercana a la jubilación y las dificultades de los mercados para gestionar deuda tan larga.

¿Qué requisitos de edad pide la banca en España para las hipotecas?

En España, los bancos no ofrecen de forma generalizada hipotecas a 50 años. Además, es habitual que fijen un límite de edad al vencimiento: lo normal es que el préstamo quede totalmente amortizado antes de que el titular alcance una horquilla de entre 70 y 75 años. Esto significa que la duración máxima efectiva depende tanto del plazo comercial que ofrezca la entidad como de la edad del solicitante en el momento de firmar.

Por ejemplo, una persona de 45 años rara vez podrá contratar 30 años completos porque superaría ese umbral al final del préstamo. Este criterio convive con otros requisitos habituales, como ingresos estables, ratio de endeudamiento prudente y tasación suficiente, que cada entidad aplica con su propio manual de riesgos.

¿Cuáles son los requisitos para pedir una hipoteca en España?