Los bancos dan prácticamente por cerrada la guerra de precios en hipotecas. Tras meses de competencia muy agresiva, con préstamos a tipo fijo por debajo del 2,50% a 30 años, el mensaje del sector es que esas ofertas no son sostenibles y que el tipo medio de las nuevas hipotecas tenderá a acercarse a niveles en torno al 2,9%. Esa referencia no es casual: es, más o menos, donde se mueven los seguros de tipos que utilizan las entidades para cubrirse frente a subidas o bajadas del mercado (conocidos como swaps).

Directivos como la consejera delegada de Bankinter han llegado a calificar de “irracionales” algunas de las ofertas vistas en los últimos trimestres, porque se situaban claramente por debajo del coste real de financiación del banco.

También desde Unicaja se admite que el sector “se ha ido por la parte baja en términos de precio” y que esa fase debería ir corrigiéndose. La idea es que las hipotecas sigan siendo asequibles, pero sin que el banco tenga que venderlas prácticamente a pérdida.

La hipoteca, el primer paso a una relación más larga

Aun así, las entidades recuerdan que la hipoteca no se mira solo como producto aislado, sino como la puerta de entrada a una relación más amplia con el cliente. Muchas operaciones que no son especialmente rentables por tipo de interés sí salen a cuenta cuando el titular acaba domiciliando la nómina, contratando seguros, invirtiendo a través del banco o usando sus tarjetas. Esa “venta cruzada” ha permitido estirar la guerra de precios más de lo que permitirían los márgenes puros de la hipoteca.

Este cambio llega, además, en un momento en el que el mercado da por hecho un escenario de tipos oficiales estables o incluso algo al alza a medio plazo, y no de bajadas continuas como se pensaba a principios de año.

Con esa expectativa, mantener durante décadas una cartera muy grande de hipotecas a tipos excesivamente bajos puede convertirse en un riesgo para el banco. De ahí que el discurso se desplace hacia una normalización de precios, con nuevos préstamos que irán acercándose a ese entorno del 2,9% medio.

Las hipotecas fijas por debajo del 2,50% tienen los días contados

Pese a este giro, todavía es posible encontrar algunas hipotecas fijas por debajo del 2,50%.

La Hipoteca Vamos Fija de Ibercaja cuenta con un interés desde el 2,15% TIN y un 3,10% TAE, uno de los más bajos del mercado. Financia hasta el 80% de la compra de la vivienda habitual, con un plazo máximo de 25 años y sin comisión de apertura. Para lograr el tipo bonificado exige domiciliación de nóminas y recibos, uso de tarjeta de crédito, seguros de hogar y vida y un plan de aportación sistemática con una aportación mínima mensual.

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Le sigue la Hipoteca Open Fija de Openbank, con un tipo desde el 2,42% TIN y un 2,98% TAE a 25 años. Permite financiar hasta el 80% del valor de la vivienda habitual y hasta el 70% de una segunda residencia, con plazos de hasta 30 y 25 años, respectivamente. No cobra comisión de apertura ni por amortización anticipada parcial. Para disfrutar del tipo bonificado el banco pide domiciliar ingresos recurrentes (a partir de 900 euros al mes, o 1.800 entre dos titulares) y contratar los seguros de hogar y de vida comercializados por la entidad.

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Finalmente destaca la Hipoteca Fija de Banco Sabadell. Su interés parte de un 2,50% TIN y un 3,33% TAE. Permite financiar hasta el 80% del valor de la vivienda habitual y el 70% de una segunda residencia, con un plazo de devolución máximo de 30 años. No tiene comisión de apertura. Para acceder al tipo bonificado es imprescindible domiciliar la nómina o pensión y contratar tres seguros con el banco: hogar, vida y protección de pagos.

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