El número de tarjetas en circulación en España ha crecido un 4,85% durante el primer trimestre de 2025. En total, hay 95,77 millones de tarjetas. Si tomamos en cuenta únicamente la población mayor de edad, tocamos a 2,3 tarjetas por persona.
Las tarjetas de débito llegan a los 52,42 millones de unidades, un 6,22% más que un año antes, mientras que el número de tarjetas de crédito alcanza los 43,35 millones, un incremento interanual del 3,23%, de acuerdo con los datos publicados por el Banco de España.
Las tarjetas son el segundo medio de pago más común en nuestro país, por detrás del efectivo. El 88% de la población tiene una tarjeta y el 86% la utiliza, aunque solo un 31% lo hace a diario, según el regulador.

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La huella ambiental de las tarjetas
Si asumimos que una tarjeta pesa, de media, cinco gramos y que la mayoría está hecha de plástico, en España hay alrededor de 479 toneladas de plástico en circulación. De acuerdo con la empresa francesa Thales, «los seis mil millones de tarjetas bancarias que se fabrican cada año producen una huella de carbono equivalente a 500.000 pasajeros que vuelan de Nueva York a Sydney».
Algunos bancos han intentado reducir el impacto de sus tarjetas usando plástico reciclado y dándole un nuevo uso a las tarjetas caducadas. De hecho, ¿sabías que alguien podría estar usando una tarjeta tuya caducada? No para pagar, obviamente, sino para sentarse encima. Banco Santander ha reciclado más de 1,2 millones de tarjetas y las ha convertido en bancos. La entidad acaba de donar cinco bancos al municipio de Astorga. En abril, donó bancos a los municipios de Paiporta, Aldaia y Catarroja, en Valencia, y antes, a Málaga, Santander o Sevilla.
Muchos bancos ya fabrican sus tarjetas con PVC reciclado, ácido poliláctico (PLA) o plástico recuperado de los océanos, aunque, según un estudio de ABI Research, publicado a finales de 2022, la mayoría sigue haciéndose con PVC, uno de los plásticos más nocivos para el medioambiente.
BBVA fue el primer banco que puso en circulación en España tarjetas fabricadas con plástico reciclado, concretamente, estaban hechas en un 86% de PVC (policloruro de vinilo) elaborado a partir del reciclado de otros productos hechos de plástico. Un estudio de la propia entidad reveló que nueve de cada diez menores de 30 años consideraba que sus tarjetas deberían ser sostenibles.
Las tarjetas de débito y de crédito de Banco Mediolanum están compuestas por un 82% de material biodegradable PLA. Las tarjetas de ING, las del Santander y la nueva tarjeta de débito de Imagin están fabricadas con plástico reciclado
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