Los hipotecados a tipo variable no ganan para sustos últimamente. El euríbor a un año, que es el índice con el que se calcula su interés, se apuntará en noviembre su cuarta subida consecutiva: terminará el mes con un valor medio de alrededor del 2,217%; por encima del 2,187% de octubre. Se trata de su mayor registro desde marzo de 2025, que fue precisamente la última vez en la que esta referencia superó el 2,2%.
Pero ¿cómo afectará eso a los titulares de una hipoteca variable? El analista hipotecario del comparador financiero HelpMyCash.com, Miquel Riera, explica que “solo se verán perjudicados aquellos a los que les toque una revisión semestral en las próximas semanas”. “Los hipotecados con actualización anual, en cambio, notarán una leve bajada en sus cuotas mensuales”, afirma el experto, aunque matiza que ese abaratamiento tiene fecha de caducidad.
Cuotas más altas con revisión semestral
Esta distinción se debe al método usado por los bancos para calcular las cuotas de las hipotecas variables. El tipo de interés de estos productos suele actualizarse una vez al semestre o al año, en función de lo indicado en el contrato, a contar desde la fecha en la que se firmó la escritura. Llegado el momento, si el euríbor ha subido respecto al valor registrado en la anterior revisión, las mensualidades se encarecerán, mientras que si ha bajado, estas se abaratarán.
Según Riera, el valor del euríbor de noviembre será superior al registrado hace seis meses: 2,081% en mayo de 2025. En consecuencia, las hipotecas variables que se revisen semestralmente durante las próximas semanas sufrirán un encarecimiento. Por ejemplo, para un préstamo medio de 150.000 euros a 25 años con un tipo de euríbor más 1%, las cuotas subirán de 717 a 728 euros mensuales, lo que supondrá un aumento de unos 11 euros al mes y de más de 60 euros al semestre.
En cambio, este índice se mantiene por debajo del valor registrado hace un año (2,506% en noviembre de 2024), por lo que las hipotecas con revisión anual seguirán abaratándose. Para el mismo ejemplo anterior, las cuotas descenderán de los 751 a los 728 euros mensuales, lo que supondrá un ahorro de 23 euros al mes y de casi 280 euros al año.

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Estancamiento a la vista
Pese a que el euríbor ya suma cuatro meses al alza, el analista de HelpMyCash asegura que no debe cundir el pánico. Y es que las últimas subidas de este índice responden a un “proceso de normalización”, a su juicio, que se explica por los diferentes movimientos que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo (BCE) a lo largo de este año.
Miquel Riera recuerda que el euríbor representa, grosso modo, el interés al que los principales bancos de nuestro continente se prestan el dinero entre ellos. Por lo tanto, su evolución depende en gran medida de la política monetaria del Banco Central Europeo: si se prevé que este organismo bajará sus tipos, el índice se adelanta y desciende, mientras que si el pronóstico es que se producirán subidas, la tendencia es la contraria.
Según el especialista hipotecario de HelpMyCash, “el euríbor cayó del 2,525% al 2,079% entre enero y julio de 2025 porque se esperaban numerosos recortes de tipos del Banco Central Europeo”. Sin embargo, este organismo los ha mantenido congelados desde julio, precisamente, por lo que “el índice se ha corregido y ha subido ligeramente a lo largo de los meses posteriores”, explica Riera.
De cara a los próximos meses, las previsiones apuntan a que el BCE mantendrá congelados sus tipos. Por este motivo, desde HelpMyCash pronostican que el euríbor se mantendrá relativamente estable hasta finales de este año y durante la primera mitad de 2026; sin caídas abruptas ni incrementos desproporcionados.
La cuota se puede blindar
¿Cómo afectará eso a los hipotecados a tipo variable? Los que tengan revisiones semestrales notarán subidas en sus cuotas cuando les toque la actualización, mientras que los préstamos hipotecarios con revisión anual empezarán a encarecerse en primavera, teniendo en cuenta que el euríbor cotizaba al 2,143% en abril de 2025. Sin embargo, existe un método para evitar ese aumento de la cuota: pasarse al tipo fijo.
La economista y cofundadora de HelpMyCash, Olivia Feldman, afirma que “es un buen momento para plantearse seriamente el cambio a un tipo fijo, sobre todo si la idea es permanecer en la vivienda hipotecada a largo plazo y la economía doméstica tendría dificultades para soportar subidas adicionales de la cuota”. Y es que la banca todavía ofrece intereses fijos competitivos, de alrededor del 2,5% o hasta por debajo, pero no lo hará eternamente: numerosas entidades ya han empezado a encarecer sus ofertas.
Para conseguir un buen tipo fijo, Feldman aconseja contactar con varios bancos, comparar condiciones y no alargar el proceso más de la cuenta. Según la economista, “nada garantiza que las buenas condiciones actuales se mantengan si el euríbor sigue subiendo o si el BCE endurece aún más su discurso”, así que conviene darse cierta prisa.
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