En el último año, y pese a la crisis de la vivienda, el mercado hipotecario en España ha vuelto a crecer. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en julio de 2025 se firmaron 41.834 hipotecas, lo que supone un aumento del 31,7% respecto al año anterior. Un repunte que se explica, en parte, por la bajada de los tipos de interés, que permite acceder a préstamos a tipo fijo por debajo del 3%.
En este contexto, surge una pregunta clave: ¿a qué edad es mejor solicitar una hipoteca?
La franja óptima está entre los 35 y 45 años, según HelpMyCash
En HelpMyCash consideramos que el rango más realista e ideal para pedir una hipoteca es entre los 35 y los 45 años. ¿Por qué?
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A esa edad lo habitual es haber alcanzado una mayor estabilidad laboral, al contar con un contrato indefinido, y un sueldo suficiente para afrontar una deuda a largo plazo.
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Solicitar la hipoteca antes de los 45 te permite aún optar a un plazo de hasta 30 años, ya que la mayoría de entidades fija como tope que el préstamo esté devuelto antes de los 75-78 años.
- En ese rango de edad es más probable contar con ahorros suficientes. Las entidades financieras solo financian hasta un 80% del precio de la vivienda. Eso significa que el comprador debe disponer de al menos un 20% ahorrado para cubrir la parte que no cubre el préstamo, es decir, la entrada. A esa cantidad hay que añadir otro colchón para afrontar los gastos asociados a la operación de compraventa, que suelen rondar un 10% adicional sobre el valor del inmueble.
Los datos lo avalan: la edad media del prestatario en España es de 40,3 años, según el Informe sobre la situación financiera de los hogares del Banco de España.
En definitiva, aunque cada caso depende de la situación económica personal y laboral, lo cierto es que la edad juega un papel decisivo en el acceso y en las condiciones de financiación.
La visión de otros expertos: entre los 30 y 40 años
El rango más favorable suele estar entre los 30 y los 40 años, según Leticia Poole, economista y profesora en la Universidad Europea de Valencia. En esta etapa, la mayoría de los solicitantes combina mayor estabilidad laboral, con contrato indefinido y un sueldo consolidado, y un horizonte temporal suficiente para devolver el préstamo antes de la jubilación.
Además, en ese tramo de edad los compradores suelen contar ya con algunos ahorros, lo que facilita afrontar la entrada de la vivienda y tener un fondo de emergencia en caso de imprevistos. Otro punto clave es que los bancos suelen fijar la edad máxima para devolver la hipoteca en torno a los 75 años, lo que da margen a plazos largos de amortización y cuotas más asumibles.
En definitiva, pedir una hipoteca demasiado joven puede implicar salarios bajos y poca estabilidad, mientras que hacerlo demasiado tarde reduce el margen de amortización. Por eso, encontrar el equilibrio entre estabilidad económica y tiempo para devolver el préstamo es clave, y ese equilibrio suele darse entre los 35 y 45 años.
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