Contratar un depósito o invertir, ¿qué es mejor para mi?

Evitar la inflación debería ser el objetivo para gestionar nuestros ahorros, ya que si los tenemos en una cuenta de ahorros con baja remuneración o nula estaremos perdiendo poder adquisitivo. Entre las opciones del mercado para destinar nuestro dinero están la inversión o los depósitos, ambos con un fin similar pero que se diferencian en dos aspectos clave: la rentabilidad que generan sobre nuestro dinero y el riesgo que asumimos para nuestro dinero. Desde HelpMyCash.com explicamos qué debes saber para decidirte por empezar a invertir o comenzar por un depósito. ¡Empezamos!

¿Será mejor que yo invierta?

La opción de invertir el dinero que tenemos ahorrado destaca para las personas que quieren rentabilizar su dinero. Lo cierto es que nunca es tarde para empezar a hacerlo, pero debemos tener presente que cuanto antes lo hagamos, tendremos más posibilidades de beneficiarnos del paso del tiempo, de la tendencia al alza de los mercados y del interés compuesto (lo quiere decir que la rentabilidad que se vaya generando se irá reinvirtiendo y la cifra crecerá más). Eso sí, es necesario ser conscientes de que invertir conlleva riesgo sobre el dinero, por lo que tenemos que conocer en qué ponemos nuestro dinero.

Además, tendremos que prestar especial atención al plazo en el que no dispondremos del dinero, ya que los mejores resultados para la inversión se dan en un plazo medio-largo, mientras que los depósitos tienen un plazo asignado de 1 o 2 años, aproximadamente.

La variedad de productos para invertir es muy grande, pero si somos novatos, lo importante es que destinemos nuestro dinero a algún activo que entendamos y que sea simple. Por ejemplo, no es igual de fácil entender el comportamiento y realizar un seguimiento de swaps y futuros o de fondos de inversión y acciones. Precisamente, algunos de los productos más fáciles para empezar a invertir son los fondos de inversión o los fondos de inversión indexados. Cuidado con las acciones, ya que a pesar de ser un producto que todos conocemos, si solo compramos una o dos asumiremos mucho riesgo de pérdida por la poca diversificación.

¿Será mejor que yo contrate un depósito?

Si no nos atrevemos a invertir ni en las opciones con menos riesgo, siempre nos quedará esquivar la inflación con los depósitos. Estos productos están garantizados por el banco y por el fondo de garantía de depósitos del país en el que esté el banco. Aunque actualmente por las políticas europeas los intereses sean muy bajos, sigue habiendo algunas opciones, sobre todo fuera de España, que pueden ser las indicadas para nosotros.

Estos depósitos tienen un plazo en el que se recupera el dinero y también tienen un tipo de interés que se genera y que conocemos al contratar. Por ejemplo, podemos destinar 15.000 euros con el fin de disponer de ellos otra vez en 1 o 2 años cuando hayan generado intereses de 0,90%. Para escoger el mejor debemos fijarnos, precisamente, en la rentabilidad que generan, el plazo en el que no tendremos acceso al dinero, si existe una opción de cancelación anticipada y cuál es la comisión, el importe mínimo para abrir uno y la solvencia del banco.

¿Es posible combinar ambas opciones?

Sin duda. Diversificar nuestra inversión es algo recomendable y todo depende de la estrategia que queramos seguir. Podemos tener la certeza de que con un depósito recuperaremos el dinero que hemos destinado o un poco más (lo que generen los intereses), por lo que puede ser una buena forma de evitar la inflación mientras lo combinamos con alguna inversión que suponga más riesgo y, por tanto, más rentabilidad potencial.

¿Qué conseguimos combinando ambos? Tendremos la posibilidad de rentabilizar nuestro dinero pero también de no arriesgar una cantidad muy grande, por lo que nuestra inversión estará diversificada.

Otra posibilidad es dividir el dinero en función de si lo necesitamos en un plazo corto o no. Por ejemplo, si tenemos ahorrados 20.000 euros que no necesitamos y sabemos que 10.000 de estos podemos no tocarlos en 5-7 años, podemos colocar 10.000 euros en un depósito a 1 o 2 años y otros 10.000 euros en una inversión a medio-largo plazo.