5 tarjetas con devolución de compras… ¡consigue hasta un 10% de bonificación!

¿Imaginas que cada vez que llenas la cesta de la compra te sale un 10% más barata? Da igual que compres en el Lidl, que seas asiduo al Carrefour o que seas fan del Mercadona. Mejor aún, imagina que no solo puedes ahorrar cada vez que acudas a las principales cadenas de alimentación de España, sino también cuando pagues la cuenta de un restaurante o la factura del Zara. Son pocas, pero algunas tarjetas, principalmente de crédito, nos permiten vivir en un descuento permanente y, lógicamente, ahorrar dinero. Las mejores tarjetas con devolución de compras bonifican las transacciones que se realizan en una amplia cantidad de comercios y si bien es cierto que muchas solo devuelven dinero cuando la compra se paga a plazos, estas cinco te permitirán ahorrar sin necesidad de pagar intereses.

Tarjetas que te devuelven dinero sin pagar a plazos

Tarjetas con descuentos en comercios hay muchas, pero normalmente solo permiten ahorrar en una serie de marcas concretas y utilizando algún tipo de código o accediendo a la web de la tienda desde un link proporcionado por la entidad. Pero tarjetas que nos devuelvan un tanto por ciento de las compras sin importar el establecimiento al que acudamos, no tantas. Y muchas de las que hay solo bonifican las compras pagadas a crédito, por lo que el ahorro que se consigue por un lado se suele perder con los intereses.

Afortunadamente, todavía quedan algunas tarjetas con devolución de compras que no nos obligan a pagar a crédito y que nos permiten ahorrar decenas de euros al año en cientos de comercios únicamente pasando la tarjeta por el TPV, sin códigos y sin más trámites que sacar el plástico de la cartera y pagar la compra. Estas son las 5 mejores:

La tarjeta de Worten, emitida por Santander Consumer Finance, la de Carrefour y la de WiZink son de crédito, pero permiten disfrutar de la bonificación con el pago a fin de mes, que no genera intereses. Antes de usarlas, es importante verificar qué tipo de sistema de pago traen habilitado por defecto y cambiarlo si lo consideramos oportuno. No obstante, si necesitamos pagar a plazos, podemos aprovechar alguna de las ventajas extra que incorporan más allá de la devolución de compras. La Tarjeta WiZink Plus, por ejemplo, permite aplazar el pago de las compras de entre 75 y 1.000 euros a tres meses sin intereses, con una comisión de entre 2,5 y 25 euros. Como promoción de bienvenida, la tarjeta de WiZink regala 30 euros a sus titulares si gastan al menos 300 euros durante los tres primeros meses. La tarjeta de Worten, por su parte, ofrece la posibilidad de pagar las compras realizadas en los comercios de la propia marca en tres meses sin intereses ni comisiones (0% TAE). Este plástico también incorpora otra ventaja: regala cheques para gastar en Worten de cinco euros por cada 150 euros gastados a plazos y de dos euros con el pago a fin de mes.

Las tarjetas de N26 y de Revolut se salen de la norma, ya que son de débito y de prepago, respectivamente. En la práctica, esto significa que no permiten pagar a plazos y que, por tanto, no devengan nunca intereses. La tarjeta de N26 está dirigida a autónomos, es gratuita y devuelve el 0,1% de todo el dinero gastado con ella. Además, incorpora otras ventajas como la posibilidad de pagar en cualquier moneda sin comisión por cambio de divisa y con el tipo de cambio de Mastercard, y la opción de sacar entre tres y cinco veces al mes gratis en cualquier cajero de la de eurozona.

La de Revolut es para particulares y reembolsa el 0,1% de todas las compras realizadas en Europa y el 1% de las que se hagan fuera del Viejo Continente. Eso sí, la tarjeta Metal de Revolut que, como su nombre indica, está fabricada con metal, concretamente con acero reforzado, tiene un coste de 13,99 euros mensuales.

Cuidado con el límite mensual

Algunas de estas tarjetas con devolución de compras limitan el ahorro que se puede conseguir cada mes, por lo que una vez llegado al tope, el resto de las compras dejarán de estar bonificadas. Además, las devoluciones pueden estar sujetas al pago de IRPF y se tendrán que declarar en la renta.