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Estrategias de inversión: cómo crear una cartera si eres principiante

Estrategias de inversión: cómo crear una cartera si eres principiante

Mujer analizando su estrategia de inversión
  • Descubre cómo elegir las mejores inversiones en función de tus objetivos y perfil de riesgo. 

  • Conoce el arte del rebalanceo y aprende todos los aspectos fiscales para mantener tu cartera alineada con tus objetivos.

Última actualización
1/6
Este número es indicativo del riesgo del producto, siendo 1/6 indicativo del menor riesgo y 6/6 del mayor riesgo.
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La información que encontrarás en esta página no constituye asesoramiento de inversión ni recomendación. Deberás tomar tus decisiones de manera independiente y teniendo en cuenta tus circunstancias personales. Ten presente, además, que invertir conlleva riesgos y no garantiza recuperar lo invertido. 

Definir una estrategia de inversión es como construir un edificio desde los cimientos: necesitas una base sólida y un plan detallado para que la estructura sea fuerte y duradera. Tus productos de inversión serán los materiales de construcción, y variarán según el tipo de edificio que quieras levantar. No es lo mismo construir un aeropuerto que un edificio residencial, ni utilizar ladrillos que paneles de yeso.

De igual manera, tu cartera de inversión dependerá de tus objetivos específicos, ya sea prepararte para la jubilación, financiar un viaje, o comprar una casa, así como del tiempo que tengas para alcanzarlos y del riesgo que estés dispuesto a asumir.

Ahora bien, tienes que saber que construir un patrimonio financiero sin asumir cierto nivel de riesgo no maximizará tus ganancias. Por eso es importante que, poco a poco, te animes a experimentar con distintos productos de inversión, aunque sea con poco dinero, para comprender sus conceptos clave, la dinámica de las fluctuaciones de la bolsa y, sobre todo, para perder el miedo.

A lo largo de esta página, te guiaremos para que aprendas a construir tu propia estrategia de inversión. Pero antes, recordemos tres reglas de oro que NUNCA debes olvidar: diversifica y no pongas todos tus huevos en una sola canasta, entiende y gestiona el riesgo antes de invertir, mantén la disciplina y no te dejes llevar por las fluctuaciones del mercado. Con esto aclarado, veamos los pasos para construir tu cartera de inversión.

¿Qué es una cartera de inversión?

Una cartera de inversión es un conjunto de activos financieros que una persona posee con el objetivo de hacer crecer su dinero, generar ingresos o preservar su patrimonio. La idea principal detrás de una cartera es diversificar las inversiones, es decir, distribuir el capital entre diferentes tipos de activos para reducir riesgos y maximizar las posibilidades de obtener beneficios.

¿Cómo definir tu perfil de riesgo?

El primer paso para definir tu estrategia de inversión es determinar cuánto riesgo estás dispuesto a asumir. Esto implica entender cuánta volatilidad y pérdida potencial puedes soportar sin que esto afecte a tu bienestar financiero y emocional. En función de ello, podrás percibirte como un inversor conservador, moderado o arriesgado.

Bases para definir el perfil de riesgo

Tu situación financiera. Si tienes una situación económica buena e ingresos altos y estables, podrás asumir más riesgos que si tienes una economía más bien ajustada o con ingresos muy variables.

Tu tolerancia emocional a la pérdida. La reacción emocional ante las pérdidas y ganancias es importante para definir tu perfil de riesgo. Algunas inversiones, como fondos de acciones, pueden experimentar grandes fluctuaciones a corto plazo. Si tu tolerancia a estas fluctuaciones es baja, modera el riesgo hasta que aprendas a manejarlo. De lo contrario, podrías actuar impulsivamente y vender en momentos de pérdidas.

Tu experiencia y conocimientos en inversión. Inversores con mayor experiencia y comprensión del mercado tienden a manejar mejor la volatilidad, por eso tienden a asumir más riesgos en su cartera.

Tipos de inversores según su tolerancia al riesgo

Sobre la base de los puntos que te mencionamos antes, puedes determinar qué tipo de inversor eres y empezar a crear tu cartera en función de ello. Pero debes tener en cuenta que el perfil de riesgo es algo dinámico y que con casi toda probabilidad, a medida que vayas ganando experiencia y construyendo tu patrimonio, irás ganando aversión al riesgo y tendrás que replantear tu cartera.

Tipos de inversor

1
Conservador
  • Prefieren minimizar el riesgo y proteger el capital.
  • Invierten en activos seguros como bonos, depósitos y fondos monetarios.

Inversión en renta fija: 75%

Inversión en renta variable: 25%

2
Moderado
  • Asumen riesgo moderado para equilibrar seguridad y crecimiento.
  • Su cartera de inversión incluye bonos y fondos o ETFs de acciones.

Inversión en renta fija: 50%

Inversión en renta variable: 50% 

3
Agresivo
  • Dispuestos a asumir mayores riesgos para obtener rendimientos más altos.
  • Prefieren invertir en fondos de inversión y ETFs de acciones.

Inversión en renta fija: 25%

Inversión en renta variable: 75% 

¿Qué significa renta fija y renta variable?
  • Renta fija. Incluye bonos corporativos o del Estado, depósitos y cuentas remuneradas. Con estos elementos, sabes desde el principio cuándo y cuánto ganarás.

  • Renta variable. Se refiere a productos como acciones individuales o participaciones en fondos o ETFs de acciones. Sus rendimientos son impredecibles.

Trucos para perder el miedo a invertir con riesgo

El miedo a asumir riesgos, aunque sean pequeños, es uno de los mayores impedimentos para rentabilizar los ahorros. Por eso, te damos una serie de consejos para animarte a asumir riesgos gradualmente y sin comprometer tu bienestar financiero.

 Prueba invertir una pequeña cantidad en renta variable, incluso si sientes miedo. Esto te permitirá observar qué sucede a largo plazo. En lugar de gastar 50 euros en una cena, destinarlos a la inversión puede ayudarte a familiarizarte con el proceso. Por suerte, existen bróker con comisiones muy bajas que te permiten invertir desde un euro.

 Comienza con poco dinero. Así podrás experimentar  los ciclos del mercado, incluyendo las subidas y bajadas, y analizar cómo respondes emocionalmente a estas fluctuaciones.

 Monitorea tus inversiones mensualmente, para que el proceso de aprendizaje sea consciente.

 Los fondos indexados o ETFs, como un ETF del S&P500, pueden ser una buena opción para principiantes, ya que no requieren muchos conocimientos previos.

¿Cómo definir tus objetivos financieros?

Ahora que conoces tu perfil de inversor, vamos con el segundo paso, que consiste en definir tus objetivos financieros. Estos actúan como el plano de tu "edificio", por lo cual,  deberían guiar todas tus decisiones.

Objetivos

Puntos clave

Productos más frecuentes

Corto plazo

  • Crear un fondo de emergencia, hacer un viaje…
  • Se suele priorizar la seguridad y liquidez.

Cuentas remuneradas, depósitos, fondos monetarios, bonos a corto plazo (renta fija)…

Medio plazo

  • Comprar una casa, financiar los estudios…
  • Equilibra la búsqueda de seguridad con la optimización de los rendimientos.

Combinación de renta fija a medio plazo (bonos, depósitos, etc.).

Largo plazo

  • Jubilación, construcción del patrimonio…
  • Se busca optimizar los rendimientos asumiendo un riesgo más alto.

Fondos de inversión, fondos indexados o ETFs de renta variable.

Objetivos a corto plazo

Los objetivos a corto plazo son aquellos que planeas alcanzar dentro de uno a tres años. Pueden incluir la creación de un fondo de emergencia, la financiación de unas vacaciones o la compra de un coche o de una casa, por ejemplo.

Para estos objetivos, es importante priorizar la liquidez (es decir, que puedas disponer del dinero cuando quieras) y la seguridad. Productos como las cuentas remuneradas o los fondos monetarios son opciones interesantes para guardar este dinero, puesto que te ofrecen rentabilidad con muy bajo riesgo. Además, puedes retirar los ahorros en cualquier momento.

Si tienes la certeza de que no necesitarás el dinero antes de uno, dos o tres años, por ejemplo, también podrías considerar los depósitos a plazo fijo, que suelen dar rendimientos más altos que las cuentas de ahorro, pero no permiten retirar el dinero hasta terminado el plazo.

Objetivos a medio plazo

Los objetivos a medio plazo suelen abarcar un periodo de tres a diez años. Algunos ejemplos serían el ahorro para el pago inicial de una vivienda, la educación universitaria de tus hijos o la financiación de un emprendimiento. 

Dado que el horizonte temporal es más largo que en los objetivos a corto plazo, es posible asumir un nivel moderado de riesgo para buscar más ganancias. Inversiones en bonos corporativos o del Estado a medio plazo pueden ser adecuadas para este tipo de objetivos.

Objetivos a largo plazo

Los objetivos a largo plazo se extienden más allá de los diez años y suelen estar relacionados con la jubilación, la intención de retirarse antes de tiempo, o la creación de un patrimonio duradero.

Dado el horizonte temporal extenso, tienes la capacidad de asumir un mayor nivel de riesgo y aprovechar los beneficios del interés compuesto. Las inversiones en acciones a través de fondos de inversión y ETFs son especialmente apropiadas para estos objetivos, ya que ofrecen el potencial de rendimientos más altos. 

¿Por qué puedes asumir más riesgo con tus objetivos a largo plazo?
Gráfico de evolución del S&P500

Puedes asumir más riesgo en tus objetivos a largo plazo porque tienes más tiempo para recuperarte de posibles pérdidas. Las inversiones de alto riesgo, como los fondos de acciones, pueden experimentar grandes fluctuaciones, lo que significa que su valor puede subir y bajar significativamente en el corto plazo.

Sin embargo, a largo plazo, la tendencia general suele ser al alza. Si inviertes en bolsa el dinero que necesitarás en poco tiempo, corres el riesgo de tener que retirarlo justo cuando el mercado está bajo, lo que podría resultar en pérdidas significativas. Para que termines de ver la importancia del largo plazo, puedes ver la evolución del S&P500 desde 1996 hasta la fecha en la imagen superior.

Algunos ejemplos de estrategias de inversión

Ahora sí, teniendo en cuenta los perfiles de riesgos y los objetivos, veamos algunos ejemplos de estrategias de inversión. 

Persona de 25 años que ahorra unos 300 euros al mes

Una persona joven está empezando a ordenar sus finanzas y puede ahorrar unos 300 euros al mes, lo que supone unos 3.600 euros al año. No tiene objetivos muy claros, pero sabe que quiere hacer un viaje grande una vez al año y le interesa invertir a largo plazo, especialmente para su jubilación, pero todavía no se anima a asumir mucho riesgo. Su perfil es más bien conservador. Este es un ejemplo de cómo podría invertir su dinero:

  • Cuentas remuneradas. Lo primero que podría hacer es construir un fondo de emergencia de 2.000 euros para cubrir cualquier imprevisto. Este dinero podría depositarlo, por ejemplo, en la cuenta remunerada de Trade Republic, que ofrece una rentabilidad del 2,27% TAE.

  • Fondos monetarios. Descontando el fondo de emergencia, le quedan unos 1.600 euros para invertir, de los cuales destinará 1.300 a su viaje. Estos mil euros podrían guardarse en un fondo monetario, como el de Revolut, que ofrece una rentabilidad anual de hasta el 2,34%.

  • Fondos de inversión de renta variable. Luego, podría destinar unos 300 euros para sus planes a largo plazo e invertirlos en una cartera de fondos de renta variable. Idealmente, haría aportaciones mensuales de 100 euros para incrementar su inversión de forma gradual. Con el tiempo y la experiencia, podría destinar un porcentaje mayor de sus ahorros a la renta variable.

Persona de 30 años con 35.000 euros ahorrados

Dado que tiene muchos años de vida laboral activa por delante, puede permitirse invertir a largo plazo, pero prefiere una cartera de inversión entre moderada y defensiva porque planea comprarse una casa en cinco años. En ese caso, su cartera podría ser la siguiente:

  • Cuenta remunerada. Puede guardar en la cuenta remunerada de Trade Republic su fondo de emergencia, que en este caso sería de 5.000 euros, la cantidad que le permitiría vivir tres meses sin ingresos en caso de emergencia.

  • Depósitos. Parte del dinero que utilizará para comprar la casa, unos 20.000 euros, podría ponerlo en un depósito de Raisin a cinco años con una rentabilidad anual que ronda el 2,80%. Este dinero no podrá retirarlo hasta que venza el plazo.

  • Fondo indexado. Para iniciar su inversión a largo plazo, podría invertir unos 10.000 euros en un fondo indexado, como el del S&P 500, y luego ir haciendo aportaciones periódicas.

Persona que ha heredado 250.000 euros

Ahora supongamos que una persona hereda 250.000 euros, pero ya tiene una vivienda en propiedad. Sus objetivos son invertir su dinero a largo plazo. Además, ya tiene su fondo de emergencia y cuenta con ingresos recurrentes y elevados, por lo que no debe preocuparse por la gestión diaria de sus finanzas. Así podría invertir el dinero heredado:

  • Bonos del Tesoro. Para cubrir la parte de renta fija de su cartera de inversión, podría comprar algunos bonos del Estado español por una cuantía de, por ejemplo, 10.000 euros.

  • Inmuebles. Si lo desea, podría utilizar parte de ese dinero para pedir una hipoteca y comprar una vivienda de 200.000 euros para alquilar. En ese caso, haría una inversión inicial de 60.000 euros, necesaria para entrar en la hipoteca y cubrir los gastos de compraventa.

  • Fondos de renta variable. El resto del dinero, unos 180.000 euros, podría invertirlo en fondos de renta variable a largo plazo para prepararse para su retiro o jubilación. Eso sí, puede salir más a cuenta invertir su dinero de forma gradual, para mitigar el riesgo de invertirlo todo justo cuando el mercado está en máximos y empieza a bajar. 

¿Cómo adquirir los productos de inversión para tu cartera?

Sea cual sea el producto que desees comprar, a excepción de los bonos del Gobierno de España, necesitarás un bróker de inversión. El bróker tiene acceso a los mercados de valores y te permite comprar y vender acciones, bonos o participaciones de fondos de inversión.

Si quieres empezar a invertir, pero no te sientes cómodo eligiendo tú mismo tu cartera, también puedes utilizar un roboadvisor. Estos son gestores automatizados que determinan tu perfil de riesgo e invierten tu dinero en una cartera de fondos de inversión compuesta por renta fija y/o variable según tu perfil.

Pero aunque puedes invertir en carteras predefinidas que combinan renta fija y variable en distintas proporciones, en HelpMyCash preferimos crear nuestra propia cartera, especialmente en renta fija. Generalmente, seleccionamos individualmente algunos bonos o depósitos y utilizamos fondos de inversión o ETFs para lograr una diversificación efectiva en renta variable. Pero esta es nuestra opinión y experiencia y no tiene por qué aplicar lo mismo para ti. Recuerda enfocarte en tus objetivos y necesidades.

Revisión y rebalanceo de tu cartera de inversión

Una vez que hayas definido tu estrategia e invertido en los distintos productos de tu cartera, será necesario realizar revisiones periódicas. ¿Por qué? Porque tus activos generarán rendimientos y pueden alterar el equilibrio de tu cartera.

Por ejemplo, si la renta variable ha aumentado considerablemente y ahora representa un 80% de tu patrimonio en lugar del 70% que habías establecido inicialmente, tendrás que vender algunas acciones para adquirir productos de renta fija o transferir tus participaciones de un fondo variable a otro de renta fija, evitando así pagar impuestos por tus ganancias. Este proceso se llama rebalanceo y es crucial para asegurar que tu cartera siga alineada con tus objetivos financieros y tu perfil de riesgo.

Consejos a la hora de invertir si eres principiante

Una vez que has entendido que invertir no es tan complicado como parece, te dejamos una serie de consejos finales a tener en cuenta cuando empieces:

 Empieza con pequeñas cantidades. No necesitas una gran suma de dinero para comenzar a invertir. Muchas plataformas permiten empezar con cantidades mínimas, lo que te permite aprender sobre el mercado sin asumir grandes riesgos.

 Diversifica. La diversificación es clave para reducir riesgos. Asegúrate de crear una cartera que se adapte a tus objetivos y qur incluya productos tanto de renta fija como variable. A medida que ganes experiencia, podrás rebalancear tu portfolio.

Errores a evitar cuando eres un inversor novato

 Invertir sin entender el producto. Antes de comprometer tu dinero, asegúrate de entender cómo funciona el activo o fondo en el que inviertes. Evita productos complejos si no tienes experiencia.

 Perseguir modas o recomendaciones sin análisis propio. Invertir en lo que está de moda, como criptomonedas u otras tendencias, sin investigar a fondo puede exponerte a grandes riesgos. Tómate el tiempo para analizar si realmente encaja en tus objetivos.

 No diversificar lo suficiente. Apostar todo tu capital a un solo activo o sector puede ser muy arriesgado. Una cartera diversificada reduce la probabilidad de pérdidas importantes.

 Pánico durante las caídas del mercado. Las bajadas en los mercados son normales y muchas veces temporales, por lo tanto no te asustes si tu inversión está en pérdidas. Recuerda que son latentes y solo se materializarán si vendes. Por este motivo, evita decisiones impulsivas basadas en el miedo y recuerda que la inversión es una estrategia a largo plazo.

Algunas consideraciones fiscales en tu estrategia de inversión

Para terminar, debes saber que toda estrategia de inversión tiene un componente fiscal, que se hará efectivo solo cuando vendas tus acciones o participaciones, o bien, cuando cobres los intereses de tus productos de renta fija o dividendos.

¿Y cuánto tendrás que pagar? Las ganancias se incluyen en la base imponible del ahorro y tributan a una tasa del 19%, 21%, 23%, 26% o 28%, dependiendo del importe.

  Hasta 6.000 euros: 19%

 De 6.000 a 50.000 euros: 21%

 De 50.0000 a 200.000 euros: 23%

 De 200.000 a 300.000 euros: 27%

 Más de 300.000 euros: 30%

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