¿Cómo tributan las cuentas de ahorro, los depósitos y los regalos?

Sí, tienes que pagar impuestos, pero, ojo, solo tienes que pagar por las ganancias que hayas obtenido, no por el dinero que hayas invertido. 

 Un ejemplo. Imagina que inviertes 10.000 euros en una cuenta de ahorro o en un depósito y tienes un beneficio de 500 euros. Solo vas a tener que pagar impuestos por esos 500 euros, concretamente un 19%, que, en este caso, serían 95 euros.

Los intereses de las cuentas y de los depósitos se consideran rendimientos del capital mobiliario y se incluyen en la base imponible del ahorro de la declaración de la renta.

En general, cuando contratas un depósito o una cuenta, el banco te paga los intereses netos, es decir, que ya se encarga de ingresar en Hacienda los impuestos correspondientes, salvo que sea un banco extranjero. Por eso, si tú contratas un depósito o una cuenta, tienes que tener presente que el dinero que vas a ganar al final va a ser menor de lo esperado, porque una parte de tus beneficios se los va a quedar Hacienda. Por ejemplo, si contratas una cuenta con una rentabilidad del 1% y decides ingresar 1.000 euros, deberías ganar 10 euros al cabo de 12 meses (es el 1% de 1.000). Sin embargo, tu banco te ingresará solo 8,1 euros en concepto de intereses. Ese 1,9 euros que no has recibido es lo que se ha quedado Hacienda.

Si el banco es español o tiene sucursal en nuestro país y está sujeto a la fiscalidad nacional, te ingresará directamente los intereses netos y se encargará de pagar a Hacienda los impuestos correspondientes por ti. Tú no tienes que hacer nada, aunque nosotros te recomendamos que revises siempre los datos que constan en el borrador de tu declaración para saber que todo se ha declarado correctamente.

La retención automática es del 19%, por lo que si obtienes más de 6.000 euros, tendrás que pagar posteriormente los impuestos que te falten. En el momento de presentar la declaración de la renta, en el borrador podrás comprobar los intereses brutos que has ganado y las cantidades ingresadas en Hacienda.

Los regalos de los bancos no salen gratis. Si el banco te premia con dinero, debes pagar impuestos como si fuera un interés. Esto significa entre un 19% y un 30%. Por ejemplo, si recibes 200 euros netos, realmente estás obteniendo 246,91 euros brutos, de los cuales 46,91 irán a parar a Hacienda.

Para calcular qué parte de un regalo debes pagar a Hacienda, tienes que incrementar en un 20% el precio al que el banco adquirió el objeto. Y, sobre esa cantidad, aplicar el porcentaje correspondiente en función del resultado (entre un 19% y un 30%). El cálculo lo tiene que hacer la entidad que te ha entregado el regalo y debe aparecer en el certificado de retenciones que debe entregarte (ahí aparecerá el valor del regalo y la retención practicada).

Lo habitual es que cuando el banco te entrega el regalo, te descuente de tu cuenta la retención fiscal y haga el pago a Hacienda. Si el regalo es dinero, lo más probable es que veas un abono de, por ejemplo, 100 euros y un cargo de 19 euros inmediatamente después en tu extracto. Si recibes un regalo en especie, entonces cuando el banco te lo entregue, te descontará de la cuenta la cantidad que corresponda en concepto de impuestos.

También puedes consultar tu correspondencia online, ya que seguramente recibirás un certificado en el que conste el rendimiento neto del regalo y la retención.