Puede sonar práctico: tener acceso al dinero ya amortizado de una hipoteca, pero las hipotecas abiertas esconden riesgos serios que debes conocer antes de contratarlas. En principio, este producto parece que ofrece flexibilidad, ya que el propietario puede solicitar nuevamente el capital ya pagado para otro proyecto, como reformar el baño o comprar un coche. Sin embargo, esta aparente ventaja puede convertirse en un problema financiero grave.

Actualmente los bancos no publicitan hipotecas abiertas, pero puedes conseguir una negociando con la entidad. Ahora bien, antes de que lo hagas, a continuación te explicamos los motivos por lo que esta operación tiene un mayor riesgo:

Los riesgos de una hipoteca abierta

En primer lugar, el acceso reiterado a disposiciones adicionales eleva el riesgo de sobrecargar el endeudamiento. Si no se controla, añadir nuevas cuotas sin planificarlo correctamente puede llevar a comprometer más del 30% de los ingresos netos en deudas, un umbral no recomendable.

Y ahí no termina el problema: si uno deja de pagar alguna disposición extra, el banco podría iniciar el embargo de la vivienda, incluso si la cuota original de la hipoteca está al día. Es decir, podrías perder tu casa y no por no haber pagado la hipoteca.

Además, la falta de opciones hace que este producto sea aún menos atractivo: no suele permitir la subrogación a otro banco, por lo que refinanciar o mejorar las condiciones siempre dependerá exclusivamente de tu entidad actual o de otra entidad que quiera hacerlo. Salir de la hipoteca abierta implicaría cancelarla y contratar una nueva, con costes asociados y opciones muy limitadas.

Alternativas a la hipoteca abierta

Dado el riesgo vinculado a estas hipotecas, en HelpMyCash detallamos otras alternativas más recomendables:

1. Ampliación de hipoteca

En lugar de abrir una hipoteca nueva, puedes solicitar una ampliación del préstamo original. Eso sí, implica un estudio por parte del banco y tasación de la vivienda de nuevo, pero sin los peligros inherentes de las disposiciones automáticas.

2. Préstamo personal

Si la cantidad que necesitas no es muy grande, por ejemplo el dinero justo para hacer una reforma, un préstamo personal puede ser más sencillo y seguro. Aunque suele tener un tipo de interés algo superior, no afecta la estructura de tu vivienda como garantía. Si te decantas por esta fórmula, a continuación tienes los mejores préstamos personales.

3. Nueva hipoteca tradicional

Si vas a comprar una vivienda o necesitas financiación importante, lo más sensato puede ser firmar una nueva hipoteca, ya sea a tipo fijo o variable, con condiciones renovadas y sin ataduras a disposiciones previas.

Mejores hipotecas de junio

¿Cuándo se puede plantear una hipoteca abierta?

Para finalizar, HelpMyCash consideramos que es un producto que solo tiene sentido si se prevé que se necesitará financiación continua en el futuro y que se devolverá a tiempo.