Rozando noviembre, los bancos y las gestoras aprietan su campaña para captar partícipes y dinero de planes de pensiones. El anzuelo es conocido: un incentivo, ¡de hasta 10.000 euros!, por traer tu plan, ya sea en efectivo que ingresa en tu cuenta o como aportación al propio plan. Suena bien, pero antes de mover nada conviene mirar con lupa tres variables que marcan toda la diferencia.
Cuidado con estos tres puntos
La primera es el compromiso de permanencia. En HelpMyCash hemos visto exigencias de hasta nueve años para conservar la bonificación. Nueve años son muchos años, muchos cambios de tipo de interés y muchos cambios personales. Si el plan no encaja, si necesitas ajustar el riesgo, si aparece un producto mejor o si la gestora cambia de equipo o te gusta como es su gestión, quedas atado o te tocará devolver el incentivo con intereses. Cuanto más larga la permanencia, mayor el coste de oportunidad y más peligroso firmarlo por un gancho puntual.
La segunda es que el incentivo está ligado a uno o a pocos planes concretos, no necesariamente al que tú elegirías. Eso dirige tu dinero al producto que la casa quiere vender, no al que mejor encaja con tu perfil. Puede que sea un plan con una política de inversión que no compartes, un historial corto, o unas clases con gastos más altos de lo necesario. Cambiar de idea después no siempre es fácil si hay permanencia, y entras en un círculo en el que el plan manda y tú te adaptas.
La tercera es la suma de comisiones y resultados. Una comisión de gestión “algo más alta” parece menor al principio, pero erosiona cada año. Si el nuevo plan te cobra 0,80 puntos más que una alternativa equivalente, sobre 20.000 euros son 160 euros al año; en tres años ya son 480 euros, más de lo que muchos bonos pagan. Si a eso le añades una rentabilidad inferior, el incentivo desaparece por el retrovisor. El regalo es hoy, el coste es todos los años.
Consejos antes de traspasar tu plan de pensiones
Antes de traspasar, piensa a cámara lenta.
- Pide por escrito la permanencia exacta, cómo se mide (días naturales), qué ocurre si dejas de aportar, si reducen el incentivo si haces otro traspaso en medio y si existe penalización.
- Confirma a qué plan o familia de planes aplica el bono y si puedes elegir otra opción dentro de la misma gestora; revisa la política de inversión, el nivel de riesgo y el historial en periodos completos (al menos cinco y diez años) frente a su índice y a la media de su categoría.
- Mira los gastos corrientes de la clase que te ofrecen, la comisión de depósito y si hay otros costes indirectos; compara con alternativas de bajo coste en la misma categoría.
- Pregunta cómo y cuándo te pagan el bono: si es en metálico, es un ingreso que tributa en el IRPF; si te lo abonan como aportación al plan, no es líquido y queda sujeto a las reglas del plan y a la permanencia.
- Ten en cuenta los plazos del traspaso para no bloquear tus aportaciones de final de año; un traspaso puede tardar varios días hábiles y conviene no dejarlo para el último momento si quieres apurar el límite deducible.
- Calcula el beneficio neto real: incentivo menos impuestos menos comisiones adicionales esperadas frente a una alternativa razonable.

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