A todos los que han compartido sus quejas aquí, les doy la razón completamente. Es evidente que estamos ante una gestión deficiente, impropia de una compañía que antaño representaba confianza. La Tarjeta de El Corte Inglés no solo resulta innecesaria en un mundo donde existen alternativas consolidadas y respetables como VISA, MasterCard o American Express, sino que parece diseñada para multiplicar problemas en lugar de resolverlos.
Falta información clara, falta rigor y, sobre todo, falta respeto hacia el cliente. Los cobros ****, la falta de notificaciones previas, las condiciones poco transparentes y los intereses desproporcionados sobre devoluciones configuran un escenario que se acerca más al **** que a la profesionalidad.
Por si fuera poco, subcontratar a empresas externas para **** a los clientes con presiones indebidas y en horarios intempestivos es un nivel de comportamiento que bordea lo inadmisible. Este tipo de prácticas no solo son indecentes, sino que dejan en evidencia la falta de valores de una empresa que se supone busca fidelidad y satisfacción del cliente.
¿Mi recomendación? Eliminen esta tarjeta. Es una mancha innecesaria para un nombre que ya está perdiendo el brillo de otros tiempos.