Las antiguas “cuentas vivienda” fueron, durante años, el carril rápido para quien quería ahorrar con un objetivo claro que era comprar su vivienda habitual y pagar menos en la Renta. Funcionaban como una cuenta de ahorro etiquetada ibas ingresando dinero y podías aplicarte una deducción en el IRPF, con una condición clave: tenías un plazo limitado para materializar la compra.
De manera general, el límite era de cuatro años; si no cumplías, había que devolver lo deducido con intereses. Aquella deducción estatal por vivienda se suprimió para nuevas operaciones a partir del 1 de enero de 2013, y desde entonces solo siguió vigente para quienes ya venían aplicándola con anterioridad.
Únicamente el País Vasco mantiene una deducción por cuenta vivienda. Si aportas 8.500 euros año (el máximo deducible), Hacienda te devuelve un 23% a los menores de 36 años y un 18 % si se supera esa edad.
Cómo son las actuales cuentas vivienda
¿Qué ha pasado ahora? Algunos bancos han recuperado el concepto comercial de “cuenta vivienda”, pero ya no como una llave automática de deducción estatal, sino como una cuenta remunerada pensada para apartar dinero de cara a la compra.
Kutxabank, por ejemplo, presenta su Cuenta Vivienda como un depósito a la vista con disponibilidad total, sin comisiones de mantenimiento ni administración y con “retribución especial”; además, la promociona con un incentivo en efectivo en combinación con la hipoteca. En concreto, anuncia una retribución del 60% a 1 año del ejercicio anterior. Además, de un bonus de 300 euros si se contrata la hipoteca con el banco.
Laboral Kutxa ofrece su Cuenta Ahorro Vivienda con un enfoque parecido, en este caso, la cuenta vivienda tiene una rentabilidad de hasta el 1,60% para saldos a partir de 20.000 euros.
Ibercaja ha optado la “Cuenta Contucasa”: es una cuenta de ahorro orientada a la compra de vivienda, con una TAE anunciada del 1,51% (TIN 1,50%) hasta un máximo de 50.000 euros de saldo.
Cuenta vivienda ahora: ¿me conviene?
Entonces, ¿tiene sentido abrir hoy una “cuenta vivienda”? Puede ser útil como herramienta psicológica y operativa: separas el dinero de la entrada, evitas tocarlo y, si la cuenta remunera algo y no cobra comisiones, sumas granitos de interés por el camino. Pero conviene recordar dos cosas.
Primero, la deducción estatal por vivienda y las antiguas ventajas de la “cuenta vivienda” desaparecieron para nuevas operaciones desde 2013; lo que hoy te ofrece el banco es, sobre todo, una forma organizada de ahorrar, no un beneficio fiscal general.
Segundo, hay cuentas de ahorro y depósitos con remuneraciones que, actualmente, pueden ser mejores que las de algunas “cuentas vivienda”; si tu prioridad es exprimir la rentabilidad a corto plazo mientras ahorras la entrada, compara tipos y condiciones antes de decidir. Por ejemplo, las mejores cuentas de ahorro del momento ofrecen rentabilidades que superan el 2% sin condiciones ni comisiones.
Otras ofertas hipotecarias
A la hora de financiar la compra, el escaparate se mueve. Un ejemplo reciente es la Hipoteca Mixta de Cajamar, que publicita la posibilidad de “llevarte hasta 2 cuotas” al domiciliar la nómina, combinando rentabilidad en su cuenta nómina y una bonificación por traer ingresos. No es que “no pagues” por arte de magia: la entidad vincula incentivos y bonificaciones promocionales a la domiciliación.
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